Tacos de mariscos en la Ciudad de México

Es un restaurante familiar, aunque también funciona para ir un viernes en la tarde y calentar motores para la fiesta del fin de semana. Si se te antoja un taco de pescado capeado pide el buchón, la tortilla es hecha a mano y al capeado le echaron cerveza, por encima lo cubren de col blanca y morada así como un aderezo especiado con chipotle.

Pon especial atención a los tacos: el norteño tiene camarones ahumados y salteados con cebolla, salsa chipotle y queso; el rompeolas tiene una costra de queso manchego rellena de camarones, aderezo de mayonesa y zanahorias en escabeche, para quienes aman el queso y las texturas acremadas; mientras que el bailarín tiene marlín ahumado y encebollado.

Es un lugar pequeño y acogedor al que se va a comer tacos de mariscos. Te recomendamos el de camarón, es capeado al estilo norte de México con col morada y pico de gallo, tú eliges con qué salsa complementar y échale unas gotas de limón que le vienen muy bien al rebosado color dorado. El taco de pulpo es otra de las especialidades, el toque particular es el aderezo de aguacate y una costra de queso que hace más que decorarlo. 

Los tacos de rib eye y short rib con puré de papa, acelga, rábano y pedacitos de chicharrón (el preferido). En cuanto a delicias marinas, su aguachile de camarón con pepino persa y chiltepín está picoso, pero como nos gusta. El taco de camarón estilo Ensenada viene con un rebozado perfecto, crujiente y ligero. El taco es imperdible, obligatorio, esencial: si no pides al menos uno, no estuviste en Conchita. 

Híbrido entre taquería y marisquería que abrió hace cuatro años. Día con día han ampliado su menú de tacos de pescado y ahora encuentras ceviches, aguachiles, sopes y chips de pescado sin dejar al protagonista del lugar: el sirenito, taco de camarón, chicharrón, longaniza y chile morita. Algunos de sus productos llegan directamente de Sinaloa. No te pierdas los sopes playeros y el marlin con queso.

El Puntarena tiene una decoración que mezcla elementos rústicos y contemporáneos. El ambiente es familiar durante los fines de semana y de negocios de lunes a viernes. Para el plato fuerte, el chef tiene una serie de recomendaciones, entre ellas los tacos de camarón rosarito:  camarones empanizados servidos en una tortilla de harina, una hoja de lechuga y salsa de chile japonés.

El taco favorito es el quesotote, chile relleno de camarón con queso. Otras opciones son de marlín, camarón o pescado, casi todos capeados, siguiendo la tradición sonorense. Gracias a Dios se sirven con doble tortilla, de otro modo, las generosas porciones de mariscos que las acompañan las romperían. Con taco en mano, me dirijo al stand de salsas y verduras. Muy al estilo norteño hay mayonesas de sabores, col, cebolla y cuatro salsas básicas caseras además de muchas otras embotelladas. 

Lo mejor son los precios. Podemos encontrar tacos de pulpo desde 35 pesos o platillos como los camarones zarandeados por 145. No lo confundan con el restaurante sinaloense. Esta es una de las mejores cocinas de mariscos de la Del Valle. Su must: camarones al mango.

Es un restaurante que sólo abre de noche y te deja campante, lograron fusionar un ambiente de fiesta de vecindad y una terraza clásica, con efectiva refinación. La comida es una taquiza efectiva, el emalaura es un estímulo de camarones, manchego, rajas con crema y mantequilla.

El chef Takeya Matsumoto te hablará en español mexicano y en japonés al mismo tiempo y con mucha fluidez a través de sus propuestas gastronómicas. Hay un apartado de tacos en el menú, fusión japonesa y mexicana, prueba el de camarón fresco dentro de una fritura crujiente, chicoria impregnada de salsa spicy de la casa y de anguila, sin olvidar el queso crema que redondea todos los sabores para hacerlos uno solo, todo dentro de una suave tortilla de harina.