Roberto Bolaño murió hace 14 años víctima de una enfermedad hepática que padecía, mientras esperaba un trasplante de hígado. El autor chileno es considerado como el escritor latinoamericano más importante de su generación y su libro Los detectives salvajes es la última gran novela en la que la Ciudad de México aparece como un personaje importante.
La compañía Teatro Línea de Sombra tomó como base este texto de gran volumen para reflexionar sobre la forma en que el autor vivió nuestra urbe de los años setenta, y cómo nos relacionamos ahora con esa misma pero diferente ciudad. De ese ejercicio resultó 609 páginas después y con el hígado hecho pedazos, que no es una novela ni una obra de teatro, es una pieza que se conforma de una serie de escenas en las que se presentan algunos pasajes de la obra literaria mezclados con las historias reales del elenco en sus derives por la capital.
Lo valioso de este proyecto es su originalidad y frescura. Es evidente que, en realidad, los personajes en esta historia poco importan y lo fundamental es apreciar la forma en que cada intérprete expresa de manera poética la forma en que se apropia de una novela tan importante del repertorio literario latinoamericano.
La idea original, dramaturgia y dirección corren a cargo de Alejandro Flores Valencia, con la producción de Nacho Ponce. En escena partcipan Daniela Guillén, Pavel Nateras, Itzamná Ponce, Rebeca Reyes, Rodolfo Rodríguez y Ana Sánchez Berna, cuya desenvoltura escénica te remite inmediatamente a una aula estudiantil.
Si ya leiste Los detectives salvajes sería una buena idea revisitar la obra desde un punto de vista escénico mientras tomas un vaso de cerveza o una taza de café. Si no lo has hecho, seguramente saldrás de Un Teatro Alternativa Escénica con ganas de leer la historia y recorrer las rutas de Bolaño y sus personajes por la gran CDMX.