“¿Qué es un hombre?", se cuestiona la dramaturga Diana Rossette Luciano, ante lo que responde: "Es un cuerpo con una conciencia, pero siempre está dividida. Tenemos pensamientos simultáneos: una cosa es lo que decimos, otra lo que pensamos y otra lo que deseamos”.
Bajo este planteamiento, que por su sencillez parece excluir la complejidad que encierra, la también directora presenta Cabeza de caballo. Esta obra fue concebida como un monólogo en el que el actor da rienda suelta a un fuerte trabajo corporal y vocal para separar a los tres personajes reunidos en el texto: el caballo, el niño y el hombre.
Diana, directora de la compañía El Gran Teatro del Mundo, le confía al actor Jorge Chávez Caballero la responsabilidad de llevar al público al interior de los tres universos planteados en escena, que escarban en su pasado para cuestionarse sobre la existencia y lo que realmente desean ser.
“Al mismo tiempo en que un personaje es más importante que los otros dos, los demás están en su conciencia. Con ello se refleja la lucha del pensamiento con el deseo y las emociones”, agrega la creadora.
Al ser un monólogo, el proyecto ha permitido un amplio intercambio de propuestas entre la directora y el actor, a fin de enriquecer un trabajo que está en constante evolución y en permanente exploración.
"Entrar a escena y cuestionarme a mí mismo, no como un personaje, sino como ser humano con preguntas sobre lo que soy y lo que deseo, me parece importante. A medida que lo hago, genero el interés de la gente por cuestionarse a sí misma sobre lo que hace a diario”, comenta Jorge.