Al teatro de la amenaza que enarboló Harold Pinter en la Inglaterra de los años cincuenta, corresponde el teatro que en esa misma época, pero en Estados Unidos, catapultaba a la fama a Edward Albee, quien hoy en día, a sus 88 años, sigue gozando del reconocimiento universal que le han dado obras como Quién teme a Virginia Woolf, Un frágil equilibrio y, por supuesto, La historia del zoológico, que por primera vez se estrena en formato profesional en nuestros escenarios, aunque con una variación a su propuesta original.
Peter y Jerry, los dos desconocidos que se encuentran en la banca de Central Park, en Nueva York, ya no están tan solos: se une Anne, la esposa de Peter. Para conocer más y mejor a este matrimonio, Albee los ubica en una nueva obra, En la casa, que ahora, por órdenes del autor, debe ser escenificada junto a lo que ahora se llama En el zoo. Así, entendemos mucho mejor la trayectoria de Peter, ese personaje apocado y silente que ahora cobra dimensiones protagónicas.
La cotidianidad y el absurdo -¿o genuino realismo?– que propone el autor, es traducido y dirigido por quien, en México, es el mayor conocedor de su obra: Víctor Weinstock, que retorna a la dirección teatral con este texto y se encarga de dotarlo de toda la contención y delicada fiereza que implica. Su puesta en escena está cargada de una fuerza que viene desde la entraña humana y social: allí está el malestar en la cultura y allí está la tragedia moderna.
Afortunadamente, Weinstock cuenta con un espléndido actor como Odiseo Bichir para habitar con puntualidad y sentido esos diálogos y gestos bizarros y poderosos. Itari Marta en la casa y Bruno Bichir en el zoológico, son los detonantes del conflicto. Con directores como Weinstock y actores como Odiseo, es de desear que veamos más a menudo los textos de Albee en los escenarios profesionales.