Para que no se pierda la romántica y sorpresiva tradición de la cita a ciegas, el creador escénico José Manuel López Velarde propone concretar, a través del teatro, una cita cada semana. Y lo hará a partir del texto del dramaturgo escocés Rob Drummond, el cual consta de un unipersonal en el que un anfitrión cuestiona la naturaleza del amor a partir de que, tras una dinámica de reconocimiento del público que lo acompaña, invita al escenario a dos espectadores desconocidos entre sí para que vivan sobre el escenario una primera cita.
Mientras los dos individuos se van conociendo, el anfitrión comparte con el resto del público su propia historia amorosa y, de paso, la de Charles Darwin y su esposa Emma Wedgwood, ya que el centro del espectáculo está en la reflexión sobre si el amor es un don divino, una herramienta evolutiva para la preservación de la especie o una mera cuestión fisiológica. Él mismo se encargó de la traducción y adaptación del texto que, aunque se originó en Escocia, parece haber sido escrito para él: “No hay un personaje como tal: soy yo, con algunas cuestiones que no son mías, pero no es alguien muy diferente a mí”.
Le resultaban tan cercanos los puntos que toca la obra alrededor de las relaciones de pareja que, tras leerla, López Velarde decidió dejar de estar abajo del escenario –como en Mentiras, El último teatro del mundo y Constelaciones– y volver a poner en práctica lo aprendido al cursar la carrera de actuación en Casazul y al dirigir a actrices y cantantes como Mónica Huarte, Mariana Treviño o Paloma Cordero.
Bajo la codirección de Viridiana Olvera y la escenografía de Oscar Carnicero, López Velarde está listo para recibir al público, fungir como una casamentera contemporánea y, de paso, hablar del amor, algo muy necesario no durante este mes, sino para los tiempos que corren.