Al principiar la obra, Lucía es una niña. Al concluir la función y antes de que el público rompa en uno de los aplausos más honestos que se puedan escuchar en la actual temporada teatral, Lucía es ya toda una mujer que ha experimentado un vuelo personalísimo, que se convierte a la vez en el vuelo de todas las mujeres que crecen persiguiendo sus deseos y anhelos.
Mariposas es la travesía interior de una joven que vive con cada uno de sus sentidos bien despiertos, situaciones tan importantes como el juicio de los padres, el primer amor, la búsqueda de una oportunidad profesional, el abandono, la desilusión, las ganas de frenar los intentos.
Lucía va y viene, con su conciencia siempre detrás de ella, recordándole que la vida es eso. La obra es la primera que escriben y protagonizan Ximena Montero y Ana Paula Corpus, quienes se ponen a las órdenes de la también actriz Vanessa Marroquín. Las dramaturgas logran un texto sencillo y bello que es resuelto con suma delicadeza por la directora e interpretado con grata honestidad por las actrices, quienes están acompañadas de la voz y guitarra de Jordi Aran Méndez.
Tal como revolotean las mariposas en Lucía, es decir, en el estómago y en el alma, lo mismo sucede con los espectadores de ésta que, sin parafernalia alrededor, es una de las puestas de más alto vuelo en nuestra cartelera actual.