Flor es una chica que vive en la fantasía. Su enajenación por las telenovelas y las estrellas de televisión ha corrompido tanto su mente que ha decidido buscar al amor de su vida, el súpergalan Luis Vivanco, hasta las instalaciones de la televisora más importante del país.
Ilusionada y con cartel en mano lo acosa fuera del edificio sin pensar que esta aventura se convertirá en tragedia. Y ni la virgencita de Guadalupe, podrá ayudarla.
La puesta en escena, original del dramaturgo Luis Ayhllón, nos muestra el lado oscuro de las relaciones entre medios de comunicación, pseudolíderes de opinión y la audiencia. El escenario se traga a la pantalla chica para evidenciar la corrupción, el abuso del poder, y sobre todo, la manipulación de la información por parte de los comunicadores, para mantener a la audiencia ignorante y atrapada en productos estériles, como los aclamados melodramas.
Aída López, Gimena Gómez, Rodrigo Virago y Francisco Cardoso son los encargados de dar vida a los personajes de esta historia, bajo la dirección de Martín Acosta.
El texto de Ayhllón lanza una crítica llena de humor negro, se vale de juegos entre la realidad y la fantasía para narrar esta historia. También se aborda el fenómeno del fanatismo por productos mediáticos como una forma de evasión a la complicada realidad que muchos mexicanos viven diariamente.