La actriz Laura Sotelo se inspiró en sus propias vivencias para su primera puesta en escena. Su intención es brindar la información que ella no encontró cuando su hijo le confesó que era gay.
A lo largo de una hora, Sotelo representa a Isabela, una mujer que busca la perfección en todo lo que hace y se apega siempre a lo que dicta la sociedad: casarse, tener hijos, nietos y un matrimonio que dure toda la vida.
Sin embargo, esto no sucede. Isabela se siente agobiada por la situación. Le preocupa lo que su familia y amigos dirán de ella. Ante la lucha interna y el no saber qué hacer, encuentra una ONG que la orienta y la ayuda a acercarse a su hijo, a quien incluso ya había corrido de la casa.
Esta obra pretende crear conciencia en los padres de familia para que apoyen a sus hijos, sin importar las preferencias sexuales que tengan. En octubre de 2014 el monólogo fue presentado ante la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. La actriz, de la mano del director Néstor Navarro, lleva el montaje a espacios que promueven el respeto a la diversidad.