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Se dice que este drama de ínfulas 'hipsters' ha dejado espectadores de medio mundo llorando a moco tendido. A mí me dejó un poco fría, como 'Blue Valentine'. De hecho, esta también es la historia de una pareja que se enamora y se desenamora sucesivas veces a lo largo de los años, con los pertinentes juegos de ir hacia adelante y hacia atrás en el tiempo. Empieza en un hospital, cuando un médico le da al desafortunado matrimonio la noticia de que su hija tiene cáncer. En la escena siguiente los encontramos siete años más jóvenes, en su primera cita. Él es un tipo con barba que toca el banjo. Ella, una rockabilly de raza con el cuerpo cubierto de tatuajes. Las interpretaciones son excelentes, pero la película pierde pedal pasados 40 minutos de metraje, cuando parece que el guión está tramado para hacer que las tragedias se encadenen una tras otra.