Argo

Paciencia. La mejor arma que tiene Ben Affleck debería ser la paciencia. Lenta y pausadamente, debe esperar a que su rol como director supere su status de estrella hollywoodense, que aún pone en tela de juicio su talento detrás de cámaras. En Argo, demuestra que sabe cómo a cautivar a la audiencia, mientras la hace pensar y digerir un thriller atípico, y además, pacientemente, logra una transición natural entre la comedia que se distingue en la primera parte el filme y la segunda que se encausa mucho más al thriller y al suspenso político.

Antes de analizar Argo, habría que dar un contexto histórico (y que se delinea perfectamente en el prólogo de la película): a mediados de los años 70, la CIA ayudó a un golpe de estado en Irán; por eso, unos cuantos años después cuando la revolución tomó las calles para derrocar a este gobierno impuesto, no fue nada extraño que uno de los primeros blancos fue la embajada estadounidense. Un grupo de seis personas logró escapar de la emboscada y hallaron refugio en la sede diplomática de Canadá. Ahora, la CIA debe elaborar un plan para rescatarlos y el encargado, Tony Mendez, ha ideado la mejor peor idea de la agencia: fingir que un estudio cinematográfico está filmando una cinta de ciencia ficción (llamada Argo) en Medio Oriente, y el grupo de refugiados en realidad era el equipo encargado del casting.

Affleck, retoma las bases históricas de esta operación y la recrea con confianza e inteligencia: sabe en qué momentos acercarnos con su cámara a la vida del equipo de rescate y al mismo tiempo, deambula entre la humanidad de los agresores y las víctimas. Si ya había sorprendido en The Town con su manejo de la secuencias de acción, en Argo madura de una forma mucho más sutil: estas escenas explosivas y cimentadas en un decoroso trabajo de montaje, se enfocan más en la narrativa dramática de la historia, que en una justificación de dinamita y pólvora, para hacer su cinta más interesante… porque no lo necesita. Argo es uno de esos casos extraños en que la maquinaria hollywoodense, logra orquestar una cinta que es entretenimiento inteligente y poderoso. Una de las mejores sorpresas del año. Ben Affleck, pacientemente confiamos en ti.