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La caza

  • Cine
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La caza
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Dicen que después de una tormenta viene la calma, y Lucas parece ser el mejor ejemplo de ello. Vive en un pequeño pueblo lleno de amigos que lo admiran y respetan. Si bien pierde su empleo como maestro, encuentra trabajo y obtiene la patria potestad de su hijo adolescente. La fortuna parece sonreírle. Sin embargo, una mentira cambiará para siempre su vida y la de la gente que lo rodea: la hija de su mejor amigo lo acusa de abuso sexual.

¿Hasta qué punto podemos creer en la palabra de un niño?, ¿cómo un hombre puede demostrar su inocencia cuando nadie está dispuesto a escucharlo? Estas preguntas son lapidadas con soltura y maestría por el director danés Thomas Vinterberg, quien curiosamente, en 1998, irrumpió en el circuito de festivales con Festen, un drama que exploraba las consecuencias del abuso infantil.

En su nueva cinta regresa al mundo de la pedofilia, pero desde una perspectiva más reflexiva y caótica: desde el punto de vista de una persona que no cometió un crimen, pero no tiene forma de comprobarlo.

Lucas, interpretado por Mads Mikkelsen (Mejor Actor en el Festival, Cannes 2012), es el verdadero pilar de la película. Su gama de emociones oscila entre la incredulidad, el desasosiego y, hacía el final del filme, en un arrebato de indignación que nos golpea el estómago y provoca taquicardia.

Vinterberg no sólo se apoya en el talento de su reparto; el guion se compone por diversas capas que desmenuzan temas como la frágil amistad masculina, la forma en que una mentira puede dislocar el orden social y, sobre todo, cómo un pueblo se puede transformar en una marabunta capaz de linchar a una persona cual cacería de brujas del siglo XVII.

La caza es una cinta que, con elegancia, somete a juicio la doble moral de la sociedad, muy al estilo de Dogville o Straw Dogs. Imperdible.

Escrito por Josue Corro
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