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Todas las películas de la saga 'Expediente Warren' eran relatos de época, pero 'La monja' es la que nos hace sentir con más intensidad el clima de un tiempo pasado. Situada en 1952, parece un homenaje a aquella atmósfera brumosa que inspiró el cine de terror de los 60 y 70, donde había valientes exploradores de temibles catacumbas con iconografías cinceladas de religiones paganas. El ambiente de la película es de criptas encantadas y un cementerio donde todos los ataúdes tienen una campanilla por si alguien ha sido enterrado vivo. Aderezado con guiños a un subgénero del cine de explotación que mezclaba sexualidad, monjas y ultratumba, el cóctel es bastante atractivo. La historia es la de una joven novicia que se une por orden vaticana a un cura para emprender un viaje hacia una abadía confinada en un lugar remoto de Rumania, donde una de las religiosas acaba de suicidarse. Serán los encargados de llevar a cabo una investigación que les llevará por caminos esotéricos.