Las elegidas

El cine naturalista de varios directores nacionales ha dado como resultado una peculiar lista de películas sobre el narcotráfico. Pese a apoyarse en el mismo estilo, David Pablos (La vida después) no suma a esta lista su nuevo trabajo, Las elegidas. El cineasta logra un retrato realista de otra problemática crítica de nuestro país, la trata de personas y la violencia sexual hacia las mujeres.

El joven director nos traslada a la frontera norte, a Tijuana, para presentarnos a dos adolescentes enamorados, Sofía (Nancy Talamantes) y Ulises (Óscar Torres). Su romance será inolvidable pero no por los detalles amorosos que uno esperaría, sino porque el actuar de Ulises es una trampa para que ella caiga en una red de traficantes de mujeres, que lidera el padre del joven. Al ser su primera víctima, Ulises no evitó enamorarse de Sofía y debe buscar a una sustituta, si es que quiere que su novia recupere la libertad.

Los protagonistas –interpretados por actores no profesionales- se separan desde ese momento y al público nos toca ver la lucha que cada uno emprende: la de ella para escapar y la de él por hallar a una nueva chica. Ambos tienen esperanza, parece que la hay, pero la cámara y el guión realista de Pablos —y que había comenzado Jorge Volpi— poco a poco despoja de esa meta.

El cineasta no necesita de escenas explícitas para ser crudo y eso no le quita realismo. Las secuencias del sexo obligado se sugieren con apenas unos sonidos en voz en off y la cámara fija enfocada en el rostro desangelado de Sofía. Eso es suficiente para trastocar a la audiencia. Así entendemos que a ella parece ya no pertenecerle su cuerpo ni su albedrío, es cosificada como muchas mujeres que padecen violencia de género.

Festivales como el de Cannes —en la sección de Una cierta mirada—, Zúrich, Estocolmo, Morelia y San Sebastián ya han recibido esta película que es una de las favoritas para ganar en los Premios Ariel 2016.