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La lista de los asesinos seriales en el cine es larga. Títulos como Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960) y El silencio de los inocentes (Jonathan Demme, 1990) se han encargado de poner en alto este género, al que este año se suma una cómica propuesta, Las voces. Pese a la gran producción de cintas al respecto, la nueva película de Marjane Satrapi (Persépolis, 2007) tiene algo que la hace única: una asombrosa mezcla de horror y comedia.
Ryan Reynolds encarna el papel Jerry, un enfermo mental en recuperación al que una serie de circunstancias lo llevan por el camino del mal. Este “mal” está representado por el Sr. Bigotes, un gato visceral y pesimista; mientras que el “bien” lo interpreta Bosco, un perro que alude a la moral de Jerry. Ambas mascotas ganan un peso importantísimo en la trama, pues la psicología del trastornado protagonista se contrapone con la personalidad de los animales.
La directora se atreve instaurar una regla diferente de cómo se puede contar una narración perturbadora, a la par de que Reynolds sorprende respecto a sus anteriores trabajos al dar vida a un antihéroe dramático y, en esta ocasión, con una intención cómica.