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Hay películas mexicanas de romance que en los últimos años se han esmerado en alejar a sus protagonistas del “… y vivieron felices para siempre”, y sugieren desde las primeras escenas que, si bien no terminarán separados algo les incomodará a lo largo de la relación –desde la conformidad de Párpados azules (2007) hasta la crisis de El lenguaje de los machetes (2011). Katina Medina Mora parece que inclinará su carrera hacia ese camino, y después de superar su LuTo (2013) muestra otra historia de un amor crudo y con pocas esperanzas de sobrevivir.
Así es Sabrás qué hacer conmigo, una película que se cuenta a partir de tres perspectivas: la de Isabel (Ilse Salas), la de Nicolás (Pablo Derqui) y la de ambos. Desde las primeras escenas conocemos los temas que les incomodan –como la manera en que se afronta la muerte y el duelo–, y desde ese momento Medina Mora pone en evidencia el sino de la pareja.
Hay aspectos aplaudibles en este largometraje de 87 minutos, como la intención de la directora por salirse de los clichés del cine comercial y el desempeño de su elenco: Ilse Salas en su rol de mujer cautelosa ante las relaciones amorosas y Pablo Derqui como un hombre entregado a su oficio, salud y pareja.
Sin embargo estos elementos no son suficientes para sostener la cinta. La construcción de sus personajes es pobre, nunca quedan claras sus motivaciones y no se ve un vínculo real entre ambos, lo cual impide que como público uno se enganche a esas figuras. Tampoco hay sorpresas en la historia; con lo que se dictamina en el primer capítulo es fácil deducir lo que está por ocurrir e incluso el final. Si uno decide continuar es sólo por curiosidad del “¿cómo lo hará?” y por la estética de su pulcra fotografía, a cargo de Erwin Jaquez.