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Aunque la segunda entrega de 'Las aventuras de Tadeo Jones' partiera con el hándicap de superar a su antecesora como éxito de taquilla, lo cierto es que si el propósito era aventajarla como mejor película lo tenía muy fácil. Y es que las primeras aventuras del intrépido aprendiz de arqueólogo no se caracterizaban precisamente por sus cualidades imaginativas y mucho menos por la elaboración de su trazo. Se trataba de una animación tosca, más interesada en copiar modelos trillados que en apostar por una mirada propia. Sin embargo, Enrique Gato y su equipo demostraron poco después de que podían refinarse, cuando hicieron 'Atrapa la bandera'. Y ahora, en 'Tadeo Jones 2. El secreto del rey Midas', ofrecen un espectáculo a la altura de las expectativas, mucho más elaborado, fresco y dinámico, que tiene ingenio y que incluso cuenta con un personaje memorable, el de la momia, rescatada de la primera parte para convertirse en el auténtico protagonista cómico de la función. Sobran referencias, pero por fin se puede decir que Tadeo Jones funciona de manera independiente, con absoluta autonomía y contundencia creativa.