Thelma

Si De Palma hubiera recibido una educación calvinista, cocinada bajo cero en la estepa noruega, probablemente 'Carrie' se parecería mucho a 'Thelma'. La protagonista de la delicada película de Joachim Trier también proviene de una familia extremadamente religiosa y el despertar de sus poderes telequinéticos es la sublimación de su despertar sexual. El director de 'Oslo, 31 de agosto' tiene una sensibilidad especial para retratar la soledad y la angustia de la diferencia, pero aquí también triunfa a la hora de representar el nacimiento del amor. Los momentos más memorables del film tienen que ver con la fascinación de Thelma por una compañera de universidad, en el juego de miradas que las vincula, en el acercamiento de los cuerpos que da lugar a una relación que amenaza con volverse peligrosa. El problema aparece cuando Trier apela a los códigos del terror, que irrumpen de una forma brusca, sin acabar de decidirse, como si la represión de la protagonista se contagiara al alma de la película, que confunde contención con falta de riesgo.