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La inquietante mente de François Ozon (En la casa, 2012) se hace presente de nueva cuenta en el Tour de Cine Francés, esta vez para mostrar el periodo de duelo de Claire (Anaïs Demoustier) y David (Romain Duris) ante la muerte de Laura, su amiga y esposa, respectivamente.
A partir de estos elementos y una promesa “à la vie, à la mort” (de por vida), Ozon comienza un historia que juega con la mente y expectativa del público, al llevar a sus personajes por rumbos inesperados y complejos. El luto se convierte detonante para que Claire y David inicien un recorrido kafkiano, excaven dentro de sí mismos y muestren, como lo hace el cine de Ozon, sus verdaderas pulsiones.
Un día Claire decide visitar al viudo y a su hija, pero encuentra a la pequeña en los brazos de una mujer de cabellos rubios; se trata de David con las ropas y el perfume de su esposa desaparecida. Él confiesa a su nueva amiga que desde niño gustaba de vestirse “por diversión” como mujer, que dejó de hacerlo después de casarse con Laura y luego, a raíz de su muerte, sintió la necesidad de hacerlo de nuevo.
Descuida, no te estamos arruinando el final de la película. Desde los primeros minutos se hace este planteamiento para forjar los vínculos de los protagonistas y sentar así las bases de la historia: conduce a los personajes por diversas situaciones que en todo momento cuestionan la manera en que cada uno asume su sexualidad y los afronta con sus verdaderos anhelos.
El guión juguetón e impredecible de Ozon, así como el manejo de cámara, dan como resultado una obra íntima y cargada de tensión sexual, que es complementada por la actuación de Duris (Amor índigo, 2013), cuya interpretación deja un sabor altamente delicado y femenino.
La película estará en la Ciudad de México del 4 al 17 de septiembre.