Si bien es una exposición sobre punk, no esperes ver fotografías de Johnny Rotten ni de Sex Pistols. Con la excepción de un cuadro de David Bowie como Aladdin Sane, la exhibición se enfoca en piezas contemporáneas que remiten a la filosofía punk.
La curadora Karen Huber, del colectivo de arte White Spider, asegura que “todas las piezas transmiten la sensación de desgarramiento y desvanecimiento”, y esto se demuestra en una sombría paleta de colores en contraste con el rojo. Podría sonar raro que una exposición sobre este movimiento se lleve a cabo en un lugar como el Hotel W, pero no olvidemos que si bien el punk inició como una contracultura en los setenta, fue simple moda en los ochenta e inclusive diseñadoras como Vivienne Westwood se encargaron de legitimarlo.
La exposición se encuentra en el lobby del hotel y si bien es pequeña, el acondicionamiento del espacio es óptimo. Entre los autores de estas obras destacan Christian Castañeda, Nick Zedd, Víctor Rodríguez, Elisa Malo, Andrew Birk, Irène Blaise y Luis Orozco. Lo mejor es que todas están a la venta, por si tienes una pared disponible en casa.
Atinadamente, el título de la exposición es igual al de una canción de Blondie, una banda que, aunque no lo creas, tuvo en sus inicios una marcada influencia punk pero alcanzó la fama cuando migró a lo que hoy suena como pop.