Carlos Monsiváis fue un gran coleccionista de partituras mexicanas del siglo XIX, las cuales se caracterizaron no sólo por fomentar la música de piano a cuatro manos, sino por las ilustraciones de sus portadas que, con el paso del tiempo, se han convertido en documentos históricos que revelan los usos y costumbres de los mexicanos de aquella época.
Es por esto que el Museo del Estanquillo exhibe las más de 450 partituras ilustradas realizadas en México entre 1850 y 1950, pertenecientes al escritor. La curaduría, a cargo de Margarita Barajas, propone la revisión de los temas musicales y gráficos de la imprenta a partir de un estudio antropológico que abarca los elementos nacionalistas, la vida cotidiana, las cuestiones de género y los cambios culturales derivados de la Revolución Mexicana.
En conferencia de prensa, Rafael Barajas “El Fisgón” explicó que en dicho siglo, la única manera de adentrarse en la música era la de la propia ejecución, pues no había fonógrafo ni radio, por lo que, si las familias mexicanas querían escuchar música, la tenían que crear ellos mismos.
Esta muestra busca valorar el trabajo de los compositores mexicanos entre los que destacan desde Miguel Lerdo de Tejada, Manuel M. Ponce, Juventino Rosas hasta Agustín Lara, Mario Talavera y Gonzalo Curiel.
Algunos de las ilustraciones fueron elaboradas por Constantino Escalante, José Guadalupe Posada y Andrés Audiffred. Es interesante que a través de la música y las representaciones visuales de estas partituras se transmitieron valores e ideales tanto políticos como religiosos, además, dichas imágenes ayudaron a crear la noción de lo mexicano basado en lo popular.
“Esta exposición es para verse y para escucharse”, afirmó Barajas, pues varias de las partituras fueron grabadas en discos compactos. Además, se realizarán actividades paralelas como conferencias académicas por parte de la Escuela Nacional de Música de la UNAM y obras de teatro.