Palacio de Correos
Palacio de Correos

Top 5. Arquitectura sobresaliente

Te presentamos algunas construcciones que trascienden el tiempo y el espacio, por lo que son una visita obligada en la ciudad

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Palacio Postal
  • 5 de 5 estrellas
  • Museos y centros culturales
  • Cuauhtémoc

Es uno de los edificios más bellos que tenemos en la ciudad, obra del arquitecto italiano Adamo Boari. Se terminó de construir en 1907 por encargo de Porfirio Díaz. Combina varios estilos: renacentista italiano, gótico o plateresco español. Sorprende mucho por los detalles en su diseño. Las herrerías, por ejemplo, fueron traídas desde Italia, y la cantera es de Chiluca, muy elaborada y con mucho detalle, con gárgolas y un estilo muy bonito. Al entrar al edificio es importante ver todos los detalles, desde los elevadores, las rejillas del aire acondicionado o las rejas del mostrador –donde te atienden para enviar una carta– y hasta la letra de las señalizaciones del espacio

Conservatorio Nacional de Música
  • 4 de 5 estrellas
  • Arte
  • Polanco

Es del arquitecto Mario Pani, quien lo construyó en 1946. Desde el acceso es muy imponente, con el gran espejo de agua al frente y los murales de Ortiz Monasterio. De un estilo funcionalista, con grandes pasillos y un auditorio al aire libre en la parte posterior, enmarcado por dos aulas, donde se dan clases de piano, de coro y canto. Es un edificio que te puede explicar la buena composición de la arquitectura que está en el ritmo, la escala y los materiales, en la luz y en el espacio. La distribución tiene los elementos principales de la arquitectura.

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  • 4 de 5 estrellas
  • Qué hacer
  • Buenavista

Esta obra que Alberto Kalach realizó en 2007 me parece uno de los mejores edificios públicos que se han realizado en este siglo, el espacio interior es realmente sorprendente. Parece que uno entrará en una nueva catedral del siglo XXI, es imponente la quíntuple o séxtuple altura que tiene y este gran espacio que se extiende a todo lo largo con un pasillo interno en donde se ven como descolgados todos los libreros, suspendidos en una estructura. Es una impresión increíble de grandeza y generosidad que se da en ese espacio de la biblioteca, me parece fundamental que la gente lo visite. También es interesante el espacio libre entre la estación de trenes y la biblioteca con una serie de jardines que es una riqueza para el que está al interior poder observarlos o salir a disfrutarlos.

Hotel Camino Real Polanco
  • 4 de 5 estrellas
  • Hoteles
  • Cadenas de hoteles
  • Anzúres

El edificio es un diseño de Ricardo Legorreta, lo construye en 1968. Es una de sus primeras obras y desde entonces determina mucho su estilo. Es muy interesante la secuencia de los espacios, desde el acceso que está enmarcado por la celosía de acero pintada en rosa mexicano, de Mathias Goertiz. Después está la bella fuente en el acceso vehicular, que parece un mar siempre intenso y es una escultura de Isamu Noguchi. Al entrar, es posible descubrir distintas alturas, ventanas, patios y escalinatas. La construcción se vuelve una especie de laberinto que va generando espacios que no te imaginas que haya en el interior. A pesar de estar junto a una avenida muy transitada (Mariano Escobedo), su interior es una especie de convento, un lugar de silencio, paz y tranquilidad. También sorprende su colección de arte, con piezas de Tamayo, Calder y otros grandes artistas.

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El Palacio de Hierro
  • 4 de 5 estrellas
  • Shopping
  • Tiendas departamentales
  • Cuauhtémoc

Es un edificio esencial del Centro Histórico. Esta tienda departamental es una de las primeras que se hicieron en la ciudad. La edificación original se destruyó por completo en un incendio en 1914. Paul Dubois se encargó de su reconstrucción y el nuevo Palacio de Hierro inauguró en 1921. Este nuevo edificio también tiene estructura de hierro pero cubierta con concreto, para protegerlo de los incendios. El trabajo que tiene en fachadas es bellísimo, con muchas decoraciones entre los marcos de las ventanas, detalles en mosaico veneciano, con flores y hoja de oro. El edificio se restauró en 2010, ya que las cúpulas habían perdido toda su decoración desde los años cincuenta. Es muy interesante entrar al edificio y ver los vitrales de Tiffany, que también fueron restaurados y son espectaculares, gigantescos. Son como dos grandes patios cubiertos con mucha decoración de flores.

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