En 1977, durante la 10° Bienal de París, un conjunto de jóvenes artistas mexicanos presentaron la obra Pentágono, pieza que generó una gran controversia porque ponía en escena las prácticas habituales de tortura en Latinoamérica. Así nació formalmente el Grupo Proceso Pentágono.
Después de 38 años de trayectoria, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo rinde homenaje a uno de los colectivos de arte político más influyentes del siglo XX en México. La exposición, curada Pilar García, es una retrospectiva del grupo a través de archivos, documentos, artículos de periódico, fotos y reconstrucciones de las obras más importantes, desde sus primeros trabajos hasta la actualidad.
Integrado inicialmente por Felipe Ehrenberg, Víctor Muñoz, José Antonio Hernández Amezcua y Carlos Finck, Grupo Proceso Pentágono fue pionero en utilizar el arte objeto, la experimentación plástica y los materiales ajenos al medio pictórico tradicional para crear fascinación en el espectador, siempre con una actitud crítica y contestataria ante las políticas del Estado.
Entre las piezas que fueron reconstruidas destaca ¿A qué le supo el desayuno?, obra que participó en el Primer Coloquio Latinoamericano de Arte No Objetual y que relata la desaparición de la escritora Alaide Foppa. Otra de las piezas más importantes y abrumadoras de la muestra es 1929 Proceso, compuesta por una serie de cuartos diseñados para recrear las salas de tortura ocultas en las delegaciones.
El recorrido concluye con la última pieza hecha por Grupo Proceso Pentágono, que hace referencia a la situación actual del país, en especial a la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
El principal objetivo de la exposición es dar a conocer el trabajo del colectivo, además de concientizar al público sobre los múltiples conflictos sociales y políticos no resueltos en el país.