La historia es la siguiente: Martin Scorsese tiene una organización llamada World Cinema Proyect, que desde 2007 se vuelca en labores de restauración y difusión de películas de todo el planeta que, por diversos avatares del destino, han sido injustamente olvidadas.
Un ejemplo famoso de los esfuerzos de esta organización fue la restauración de Soy Cuba (1964), la famosa película de Mikhail Kalatozov.
El ciclo se exhibe en la Cineteca Nacional que, junto con el Festival Ambulante, ha traído nueve de esas obras, todas joyitas perdidas y ahora en inmejorables condiciones para disfrutar en pantalla grande.
Destacan películas como Manila en las garras de la luz (Lino Brocka, 1964), Objeto misterioso a mediodía (Apichatpong Weerasethakul, 2000), la mexicana Redes (Fred Zinnemann, Emilio Gómez Muriel, 1934) y La momia (Shadi Abdel Salam, 1969).