Leticia Sáenz

Leticia Sáenz: Tea Sommelier

Esperemos que no relaciones el té con estar enfermo, practicar yoga o tener 60 años. Begoña Irazábal platicó con Leticia Sáenz, experta en té, quien quiere erradicar esos conceptos anacrónicos.

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Son las seis de la tarde y tengo una entrevista en la Condesa con una de las primeras tea sommeliers de México. Me imagino a una señora elegante y ya mayor que adora el té y quiere convencerte de que no hay otra cosa mejor. Pero es mi gran sorpresa encontrarme con una mujer muy joven y guapa, originaria de Chihuahua, que me recibe con un té verde sabor jazmín en un alto departamento con vista a la Ciudad de México: es el estudio que comparte con Leo (leolab.mx), su novio, diseñador independiente dedicado al brand styling, quien ha realizado toda la imagen de las latitas de té.

Leticia siempre había tenido gusto por las infusiones, pero entonces se fue de intercambio a China. Ahí probó el mejor oolong de su vida, y esa taza caliente le abrió los ojos.

Regresó a Chihuahua para emprender el negocio del té. Viajó frecuentemente a algunas ciudades en Estados Unidos para tomar cursos, catar sabores y notas en las infusiones y finalmente se certificó para ser tea sommelier.

"El té es como el vino", dice. Explica que todas sus variedades provienen de la misma planta, la camelia sinensis, pero todas las diferencias dependen de la altitud, la cosecha, la humedad, la oxidación...
"Por ejemplo, el té blanco se hace con las hojas más tiernas y sin romperlas, es el que más antioxidantes tiene. El oolong, también conocido como el té azul, es un punto medio entre el té negro y el té verde: es el más caro y difícil de hacer, las hojas se rompen y se oxidan por más tiempo... y el mejor es originario de Taiwán". También nos refiere que están las tisanas que son hierbas como manzanilla, hierbabuena, yerba mate, o rooibos, entre otros.

Cuando le pregunto que cuántas tazas de té toma al día, ríe y me dice: "Ya no mido mi día en tazas, lo mido en teteras". Después agrega que toma dos al día, que equivalen como a 10 tazas. Argumenta que tomar té no tiene la connotación negativa de una adicción y forma parte de un círculo virtuoso de bienestar. El té se puede usar en la gastronomía y en la coctelería usando blends -mezclas de las variedades con frutas y flores-: se pueden hacer galletas de té blanco con limón o un té verde helado sabor jazmín acompañado de vodka.

Al ver las latitas, le digo que es un diseño increíble y que precisamente, es el diseño aplicado al té, ya que deja atrás las tacitas humeantes, las hojitas y las teteras. Me dice que es la mejor mancuerna: representa lo que para ella es tomar té: una gran experiencia sensorial.

Finalmente, Leticia nos da algunas recomendaciones para preparar esta bebida; el agua nunca debe estar a más de 70 grados de tempertaura, tampoco se deben dejar las hierbitas más de dos minutos porque la infusión se amarga y tampoco recomienda endulzarlo, ya que pierde 70% de su sabor. Otro dato interesante es que el té verde tiene L-teanina, un aminoácido que mantiene a la mente en estado de alerta y ayuda a concentrarte.

Leticia Saenz vende a través de su página de internet, pero proximanete tendrá un tea shop en donde podrás comprar té para tu casa o tomarte una rica infusión ahí mismo. Además de que va a realizar catas para que la gente aprenda a identificar sabores y variedades.

leticiasaenz.com

facebook.com/lsteasommelier

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