Voyeur

  • Gay y lésbico
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Time Out dice

Voyeur: Intercambio sexual con cuarenta desconocidos con características en común: ver, oír y callar.

La obra del artista ibérico Abel Azcona es polémica en ambos frentes. Tanto forma y fondo, pueden desencadenar aplausos efusivos o repulsión. Es de esos artistas que no dejan indiferente al espectador y cuya opinión nunca se queda en las medias tintas. O lo amas o lo detestas.

En la forma recurre constantemente al discurso de la provocación poética y pornográfica. Abiertamente homosexual, Azcona utiliza ejercicios de placer entre hombres para cuestionar y denunciar algunos vicios morales occidentales como la manipulación y su endémica doble moral de la iglesia católica, que siembra disfunciones emocionales en los niños mediante la enseñanza de la culpa y el asco al placer; lo que inevitablemente derivará en adultos reprimidos y atormentados por el deseo y el temor a una divinidad, acaso vengativa.

Uno de los ejercicios más polémicos de Azcona fue la documentación del robo de unas hostias consagradas. Pues la institución eclesiástica como supuesta salvación en la etapa infantil rodeada de maltrato, abuso y abandono –en la que debería haber inocencia y afecto- es la obsesión en la narrativa de los trabajos del artista, los cuales básicamente se componen de instalación, en la que combina fotografía, video y performance.

El trabajo del artista interdisciplinario suele ser un termómetro moral para el espectador, ya que además de la exhibición homoerótica, Azcona coloca su propio cuerpo a disposición del público para intercambiar caricias cuyos límites dependen del valiente participante.

La polémica de Azcona radica probablemente en el fondo en que sustenta su obra: un discurso autobiográfico que nunca pierde oportunidad de evocar: hijo de una prostituta adicta a la heroína. Las vivencias, o mejor dicho, traumas que germinaron a partir de esto, son el detonante de su obra; ¿ejercicio de exorcismo o chantaje sentimentaloide contracultural? ¿realmente la historia de la madre prostituta fue cierta? ¿de no serlo, invalidaría su propuesta tierna y transgresora al mismo tiempo? ¿qué vale más, una verdad común o la autoficción capaz de sacudir conciencias?.

La entrada a la muestra fotográfica es gratuita previo registro, el cual podrá solicitarse y recibir confirmación en artspacemexico@gmail.com.

Escrito por
Wenceslao Bruciaga

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