Antes conocido como Piélago, nombre que ya no ostenta debido a la partida de uno de los socios que también trajo como consecuencia unos cuantos ajustes al lugar y al menú, Almadía ofrece una gran variedad de platillos del mar preparados con una gran influencia mexicana.
Aunque las entradas frías no son el fuerte del restaurante pues en general están un poco mal condimentadas, la frescura del pescado y los mariscos es sorprendente. Al entrar en calor, las cosas cambian. Las entradas calientes, sobre todo los tacos de camarón, son de muy buen sabor.
Por otro lado los platos fuertes también presentan una agradable sorpresa. Platillos como el mixiote de robalo o el atún en costra de ajonjolí son una excelente muestra de la influencia de la comida mexicana en Almadía, cuya cocina está comandada por el chef Nicolás Toribio Trejo. Mención aparte merece el pulpo a la griega. Cocinado a las brasas sobre una cama de pimientos y cebolla salteados, de una suavidad excepcional y sabores bien balanceados, este platillo es una selección obligada en este lugar.
Otra gratísima sorpresa es la extensa selección de vinos con la que cuenta este lugar, siendo casi la mitad de éstos de procedencia mexicana, algo que siempre merecerá un aplauso. Explorar laenología mexicana de la mano del sommelier con ayuda de la cocina de este lugar puede ser una gran experiencia, sobre todo en su cómoda terraza.
Es notoria la mejoría de este restaurante, cuya nueva imagen tiene poco más de un mes. Almadía se encuentra en un punto donde puede aprovechar este impulso y empezar a ganarse un lugar en las preferencias de los habitantes de la zona, algo que se antoja difícil debido a la dura competencia, aunque no imposible. Para lograrlo debe dar ese paso más hacia la perfección y acelerar un poco el servicio, que aunque amable, no es rápido.