Escondido en la calle de Lope de Vega, se encuentra un pequeño restaurante que recuerda a un Gentlemen's Club inglés, con sus decoraciones en madera oscura y cuero.
Su clientela es en su mayoría hombres que se reúnen con amigos para disfrutar de una buena comida y unos tragos. El servicio del lugar es excelente, amable y rápido en su atención, además de tener una gran disposición para resolver preguntas y aconsejar a un comensal indeciso.
Como preámbulo de lo que será una grata experiencia llega a la mesa una charola con verduras y salsa de roquefort, y una pequeña tostada de atún fresco. Para iniciar se recomienda un ceviche peruano o unos ostiones ya sea en su concha o los famosos Ostiones Bros, preparados en caballitos tequileros con salsa de la casa, con el punto justo de picante para realzar el sabor de los mariscos. La estrella de carta es el prime rib, sazonado con un poco de laurel, sal y pimienta y acompañado de dos tipos de puré de papa y espinacas cocidas. Si uno no desea pedir carne puede pedir el atún fresco con dos salsas o algún otro platillo de la carta que aunque pequeña está muy bien escogida.
El lugar cuenta con un amplio servicio de bar, cerveza de barril y embotellada, además de una carta de vinos que incluye blancos, tintos y champagne de diferentes puntos geográficos para acompañar la comida. Para cerrar con broche de oro uno puede pedir un panque de almendras o una bomba de chocolate amargo y helado de vainilla capaz de tentar hasta al más estoico. La cocina fue fundada hace 16 años por el chef Rubén Pineda, que al fallecer dejó escuela en sus ayudantes, es uno de ellos, el chef Antonio Cruz quien ahora lleva el timón del lugar. El Bros, por la calidad de sus alimentos así como por su atención, es el lugar ideal para satisfacer a los paladares más exigentes en un ambiente cómodo y agradable.