¿Qué hubiera pasado si, a los cuatro años de edad, Samuel Beckett y Eugene Ionesco hubieran sido inducidos al camino del terrorismo y no al del teatro? Seguramente nos hubiéramos privado de dos dramaturgos fundamentales del siglo XX, padres del llamado Teatro del Absurdo.
Con un texto que juega bastante con el absurdo, aunque de antemano nos hacen saber que está basado en una anécdota real, el autor y director Martín Zapata presenta El siniestro plan de Vintila Radulezcu, una muy ingeniosa comedia negra.
A partir del encuentro de la Mujer y el Hombre, Zapata teje una historia de amor que, al pasar por mentiras, dobles intenciones, juegos de personalidad y traiciones, se convierte en una apología del desamor, abordada con un humor negro y malévolo que se torna delirante.
Adriana Duch y Manuel Domínguez son los protagonistas de este montaje que se ubica en la Acrópolis de 1938 y, desde allí, evoca lo mismo las infancias de Beckett y Ionesco a principios del siglo XX, que la figura de Illy Bleeding, el primer punk mexicano, fallecido en 2010.
Es refrescante ver en cartelera una comedia con todas las características del género policíaco, llevada a los límites de un espacio vacío apenas cubierto por un poco de arena y habitado por la creciente locura que desatan los dos personajes y, con ellos, ambos actores.
Si algo debe celebrarse de este montaje es que se trata de una producción de la Universidad Veracruzana. La obra tuvo dos temporadas en Xalapa, Veracruz, durante 2012; el que ahora se presente en el Teatro El Galeón es una señal de buena salud para el teatro mexicano.
De seguir importando este tipo de proyectos provenientes de los estados, tendríamos la oportunidad de disfrutar lo que se hace fuera del Distrito Federal a lo largo de una temporada y no solamente como parte de eventos como el Festival Otras Latitudes.
Si las producciones foráneas que pisen los escenarios capitalinos tienen el ingenio y la agudeza de las que goza El siniestro plan de Vintila Rodulezcu, entonces seremos los espectadores quienes planearemos no perdernos ninguna.