Bruno Bichir
Foto: Cortesía Bruno Bichir

Entrevista con Bruno Bichir

Platicamos con él, a propósito de su monólogo Historia del tigre

Publicidad

Bruno Bichir ofrecerá dos funciones del monólogo Historia del tigre, obra original del dramaturgo italiano Darío Fo, cuyas ganancias serán destinadas íntegramente a Fundación UNAM.

Los textos de Darío Fo se caracterizan por abordar temáticas sociales y políticas a través de la sátira. ¿Qué fue lo que te llevó a elegir una obra de este autor?
Darío Fo es considerado un bufón anarquista que está en contra de las instituciones y de los dictámenes. Está a favor de la izquierda y del libre pensamiento. Eso lo convierte en un ser incómodo para las altas esferas. Hace más de 10 años cuando elegí a este autor, estaba en una etapa en la que realizaba trabajos muy trágicos y complejos para el torbellino del alma humana. Me gusta explorar el humor, la comedia y la posibilidad de hacer reír al de enfrente. Considero que Darío Fo es un autor de comedia inteligente, ácida, incisiva, política e, incluso, económicamente prometida. Su discurso es compatible con todo lo que conforma mi ser desde hace 20 años.

En Historia del tigre, ¿desde qué perspectiva se abordan los problemas sociales?
Esta historia le llegó a Darío Fo cuando se encontraba en China. Es una fábula popular en la que un soldado cae herido en batalla y para salvar su pellejo se mete a una cueva, donde se encuentra con una tigresa y su cachorro. En este punto inicia una relación marital entre el humano y el felino, la cual es absurda, bizarra, enloquecida y estrepitosamente divertida. Cuando el soldado se harta de llevar el papel de ama de casa, huye. Los tigres lo siguen y, gracias a lo que vivieron y evolucionaron juntos, vencen a sus enemigos.

A través del absurdo, Darío Fo pone el dedo en la llaga en temas como la solidaridad, la figura del matrimonio, la familia, la valentía y el amor patrio. La obra reposa en la ya sobada pero no por ello olvidada frase: "el pueblo unido jamás será vencido".

Los personajes principales son un soldado y una tigresa, ¿cuál es su significado?
En 40 minutos de la obra podremos ver a una mujer salvaje -representada por una tigresa- que le enseña mucho a este hombre aparentemente civilizado. En nuestro inconsciente colectivo, un soldado es quien menos piensa, lo vemos como un hombre de guerra insensible, aunque su finalidad sea salvaguardar la paz. Sin embargo, Darío Fo hace que el personaje evolucione a la figura de un ser profundamente salvaje, el tigre. En Asia, un tigre es símbolo de vigor, solidaridad, dignidad, honestidad, fuerza y sabiduría. Es muy valioso que Fo nos confronte con este personaje, porque hemos perdido nuestro rugido interno. El autor nos invita a sacar de la entraña un sonido que nos enfrente con valor a las adversidades del mundo, concretamente a los malos gobiernos. En un punto, él dice "todos los gobernantes nos han visto la cara", es por eso que hay que aprender a rugir como esos salvajes sabios ancestrales para tomar las riendas de nuestro destino y de nuestros pueblos.

¿Cómo ha sido el proceso de montaje de este género dramático?
Desde que ensayamos nunca la montamos. No recuerdo haber hecho un trazo escénico. En todos los ensayos, el director -que es mi padre- y yo sólo platicábamos de la obra. Sí hay un énfasis en las onomatopeyas de los personajes, pero todo se va adaptando al espacio y a la gente. No hay cuarta pared, yo me dirijo al que está ahí sentado, no al abstracto del público. La primera vez que presentamos la obra fue en una cancha de basquetbol. Podría hacer el monólogo en cualquier parte, arriba de una mesa, en un vagón del metro o en una alberca. No hay una escenografía como tal y el vestuario es sencillo y neutro. De repente modifico un poco la voz o la entonación para cumplir con los rasgos de los personajes. El peligro que corro en el arme y desarme de los signos es que el espectador se pierda y no entienda nada.

¿Crees que en México se puede aplicar la frase: "Un pueblo unido jamás será vencido"?
Nuestra sociedad es unida y generosa, pero en la práctica es compleja. A la gente sí le cae el veinte, pero eso no quiere decir que al día siguiente salga a las calles para tener un país más justo. El teatro cambia la vida, pero no necesariamente al mundo. Es un efecto mariposa, pero no es inmediato. El teatro pega en la mente de cada uno de los espectadores. Se forma un inconsciente colectivo.

Museo de la Medicina Mexicana (Antigua Escuela de Medicina). Dom 9 y 16 de febrero, 1pm. $250. Función de gala: dom 23, 1pm. $400. Boletos al teléfono 5340 0904. Cupo limitado.

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad