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Hace un año, 'Wonder woman' llegaba a la pantalla con la voluntad de remover el cine 'mainstream' y flirtear con el feminismo. Ahora es 'Black Panther' la película que propone una transgresión en el imaginario del cine de superhéroes. El personaje creado por Stan Lee y Jack Kirby es el eje de una película de aventuras que se sumerge en las raíces de la colonización y del conflicto racial. 'Black Panther' viaja primero por África, donde está Wakanda, una civilización que, bajo una aparente pobreza, esconde una de las tecnologías más poderosas del mundo. "El Dorado no estaba en América Latina, sino en África", dice uno de los personajes. Como 'Z, la ciudad perdida', la fascinante película de James Gray que se estrenó el año pasado, en 'Black Panther' se eliminan todos los prejuicios y se afirma que la civilización no es cosa solo de los países occidentales.
Esta es una de las ideas de una película que se construye esencialmente sobre su discurso sociológico. El Pantera Negra, el nuevo rey de Wakanda, tendrá que luchar, primero, contra un traficante de armas con el rostro de Andy Serkis. El actor, experto en encarnar personajes pasados por el filtro de la tecnología digital, muestra aquí su cara. Su personaje es uno de los problemas al que debe hacer frente el Pantera Negra. El otro, podríamos decir, es el mismo sistema. El discurso de 'Black Panther' da pie al debate. En él se encuentra la transgresión de una película que, por lo demás, se construye sobre excesivos convencionalismos estéticos y narrativos.