Hellboy

La diversión es un elemento crucial, pero a menudo pasado por alto en una exitosa adaptación del cómic Hellboy. ¿Cómo podría no serlo cuando la figura central es un malhumorado adolescente mitad humano, mitad demonio de dos metros, con un brazo derecho gigante y problemas con las mujer? El sincero horror es el intercambio de acciones de Del Toro, Hellboy resuena con la alegría del director al decirle que se suelte de la creación del cómic de culto de Mike Mignola. 

Pero a pesar de toda la visión de Mignola y el estilo de Del Toro, Ron Perlman es la película: todo en rojo y más grande (una fotografía inteligente que supera el trabajo de CGI), quema la pantalla como el héroe del mismo nombre. Este cruce entre Humphrey Bogart, Hannibal Smith y Clint Eastwood está muy lejos de Peter Parker. No hay crisis de identidad que mire el ombligo aquí; la única concesión que Hellboy hace al mundo humano es cortar sus cuernos "para encajar".

A medida que Del Toro analiza la exposición de media hora de apertura, aprendemos que Hellboy se arrastró a este mundo desde otra dimensión durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora trabaja para el ejército de los Estados Unidos junto con el científico y la figura paterna, el Profesor Bruttenholm (John Hurt), luchando contra un mal eterno que actualmente se manifiesta en forma de Rasputin, algunos nazis y un cyborg de arena en un traje.

Del Toro continúa con el negocio del entretenimiento furioso, acumulando una secuencia de piezas contra escenarios elaborados y ocultos mientras le da a Perlman espacio para echar un ojo siniestro sobre un floreciente romance entre la chica de sus sueños Liz ( Selma Blair ) y el agente militar Myers (Rupert Evans). Del Toro, enamorado de su fuente pero nunca sobrecogido por ella, mantiene las cosas en movimiento; Perlman lo une con algunos de los ingenios más secos de este lado de Indiana Jones. Como dijimos: divertido.