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Inspirada en una noticia sobre la desaparición del idioma Ayapaneco en Tabasco, Ernesto Contreras —Párpados azules (2007), Las oscuras primaveras (2014)— presenta su cuarto largometraje en el que entreteje una trágica historia de amor con la triste realidad que viven muchas de las culturas milenarias de México: la extinción de sus tradiciones.
Martín (Fernando Álvarez) es un lingüista que se dedica a preservar los idiomas que están a punto de desaparecer, por lo que va de pueblo en pueblo filmando a dos hablantes de cada lengua para tener un registro de la morfología y sintaxis de cada idioma. Así es como llega a la verde jungla de Veracruz, a una comunidad en la que se hablaba el zikril.
La belleza del paisaje y la hospitalidad de sus habitantes se ven opacados cuando Martín se entera que Evaristo (Eligio Meléndez) e Isauro (José Manuel Poncelis) —los dos últimos hablantes de zikril— están peleados y no se hablan desde hace 50 años, por lo que se dará a la tarea de hurgar en el pasado de ambos para abrir viejas heridas, limpiarlas de todos los rencores y sanarlas. Si bien estos dos viejos son la esperanza para preservar el zikril, los resentimientos de ambos se vuelven el tiro de gracia para el idioma.
Construida sobre el amor y la inclusión, Sueño en otro idioma es una carta abierta a todos sobre la importancia de preservar los idiomas —en especial los indígenas— y de cómo el lenguaje no solo nos sitúa dentro de un grupo social, también es clave para la preservación de las tradiciones.
El mar de Veracruz —y la historia de estos dos gruñones— te inunda el corazón con un místico lenguaje, que fue inventado exprofeso para la película, por el lingüista Javier Valdés. Tal vez esta fantasiosa anécdota nos inspire para darle la importancia que cada idioma se merece y para recordarnos que el amor es el código más importante entre los humanos, lenguaje que hemos olvidado.