Veganos en el DF presenta Mercado Vegano
Foto: Photos.com

Lugares con comida saludable en la CDMX

Si en tu lista de propósitos de año nuevo está comer saludablemente, con estas recomendaciones de lugares con alimentos orgánicos, vegetarianos y veganos ya no hay pretexto para no cumplirlo

Escrito por
Time Out México editores
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Come sano en la Ciudad de México

Pápalo y Papalotl
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Condesa
  • precio 2 de 4

El pápalo es esa planta que siempre quito del plato, empujándola sutilmente con el tenedor y temiendo que su abominable sabor –del que tanto me han contado– arruine la sazón de mi platillo. En la comida, el “más vale malo por conocido, que bueno por conocer” nos hace quedarnos en un círculo vicioso de malos hábitos o simplemente de malos sabores. La propuesta de Pápalo y Papalotl te salva de las dos al mismo tiempo. Su menú vegano puede satisfacer cualquier necesidad nutricional, desde el vegetarianismo, lo raw, lo libre de gluten, de soya y de crueldad, hasta la necesidad más antigua de todas: la condenada hambre. Para facilitarte dar el salto al estilo de cocina del cual muchos tenemos prejuicios, los platillos de Pápalo y Papalotl son formatos conocidos: hamburguesas, tacos, tallarines y chapatas, entre otros. Cada estación, su cocina hace el mejor casting de frutas, verduras y ¿por qué no? de flores, para explotar su potencial y convertirlo en una propuesta culinaria de su reducido menú. La disponibilidad de frescura de cada ingrediente se refleja en el cambio constante de la carta. Inicia con un carpaccio de betabel, una colorida selección de jugosas láminas que van abriendo el apetito y pintando los dedos. Como segundo plato, el dhal de lentejas (un sabroso pleonasmo, ya que dhal significa lentejas en hindú) es la tradicional sopita casera, con un tenue sabor a curry. Como plato principal, los tacos de jamaica son los más buscados del lugar. Son crujientes y ligera

El Jardín Interior
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • San José Insurgentes
  • precio 1 de 4

Confieso cierta devoción al lugar por el que cada semana me disputo la alcaldía en Foursquare. Este es un frondoso jardín con un estanque de tortugas, al cual llegas inesperadamente tras pasar por los estrechos pasillos de una tienda naturista. El Jardín Interior es una excelente opción para quien quiere acercarse a la comida vegetariana sin abandonar la idea de platillos comunes. Toda la carta surge a partir de la sustitución de ingredientes para no sólo evitar el uso de productos de origen animal, sino proporcionar el contenido nutricional adecuado. El menú de comida corrida empieza a la 1pm con una ensalada cuyo aderezo de tahini y semillas de girasol agregan una porción de proteína. Le siguen la sopa y un plato fuerte, como trenza de verduras, pastel azteca, berenjenas rellenas de queso panela o pizza vegetariana. En cuanto a la carta, son muy populares las carnitas, las milanesas y el pozole. Sugiero probar la hamburguesa de trigo o los hot cakes, con semillas germinadas por el propio restaurante, para eliminar el contenido de gluten. Mi favorito: el pan árabe relleno de tofu con queso gratinado, pepino y lechuga. Para finalizar, hayas comido tus vegetales o no, el menú te consiente con postre y té en porciones suficientes para endulzar el paladar. En cuanto a bebidas calientes, el champurrado, la mentadita o el yogui té son una opción deliciosa. Este último tiene un sabor similar al té chai y suele ser servido a los alumnos después de una intensiva práctica de yoga

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Cate de mi Corazón
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Condesa
  • precio 1 de 4

¿Es realmente la carne lo que hace a un taco? Cate de mi Corazón es la visita obligada para los incrédulos. El localito evoca a la playa, no a propósito supongo, pero algunos elementos decorativos hechos con cuerda y el susurro de reggae de fondo dan la sensación de que al voltear al suelo habrá arena. Nada mejor para acompañar el mood que un vaso de agua fresca, melón con canela, por ejemplo, o bien una cerveza artesanal. Las estrellas indiscutibles de la casa son el taco de mole rojo con flor de jamaica y el de tinga de zanahoria. A estas combinaciones ganadoras les sigue la cazuelita de papa con chorizo de soya y queso; el taco verde, de quelites con nopal y una porción de cremoso guacamole; y el de setas al guajolote con queso fundido. Por otro lado, un platillo estrella tanto en el desayuno como en la comida son las mulatas: tortillas de maíz recién hechas rellenas de plátano macho horneado o queso oaxaca, bañadas en mole, crema y queso cotija. Difícil no leer esa oración sin terminar como el perro de Pavlov. Los ingredientes, cultivados todos en Xochimilco, están a la venta en el Huerto de Cate, dentro del Mercado Roma. La garantía es que son 100% orgánicos, por lo que resultan verduras con sabor y aroma más profundos, con más propiedades vitamínicas. Por otro lado, las tortillas también podrían merecer su propia tienda. Su grosor, de unos 3mm, cumple con todos los requisitos científicos de maleabilidad que permite hincar el diente sin que se rompa ni se salga el re

Pan Comido
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Roma
  • precio 1 de 4

Aquí todos tienen un pasado que no se puede ocultar: la mesa para tres fue un respaldo de cuna, una vieja puerta de madera con sus cicatrices barnizadas se ha convertido en una barra para comer y es evidente que los vasos fueron frascos de mermelada en sus años mozos. La elección del mobiliario está ligado al concepto que rige en este lugar: 'Piensa en la naturaleza. Piensa en ti. Piensa en lo que comes'. Es por eso que unas viejas sillas maltrechas –pero igual de cómodas que hace veinte años– son las que te recibirán. Lo que sigue es un menú vegetariano con el que te demostrarán que la comida sana no tiene que ser aburrida o insípida. Olvida la sopa de chayote, aquí las opciones son hamburguesas, hot dogs, faláfel, ensaladas o curry. Si vas por primera vez, la recomendación de la casa es la hamburguesa de portobello a la plancha con queso provolone gratinado. Es deliciosa y se llama da vinci, quién sabe por qué.Otro imperdible es el curry rojo con calabaza, zanahoria, chícharos, champiñones y tofu, servido con arroz jazmín y un toque de aderezo de yogurt con pepino. Este platillo, llamado vishnú, debe su nombre al generoso chico hindú que compartió esta vieja receta familiar con los socios del lugar.   Para hacerse de materias primas, Pan Comido prefiere productos artesanales o de comercio justo. Buena parte de los ingredientes son orgánicos o producidos localmente. La mayoría de los platillos pueden comerse con las manos para evitar el lavado de cubiertos y utensilios, l

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La Casa del Pan Papalotl
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Del Carmen
  • precio 2 de 4

Este lugar recibe una mención honorífica por ofrecer un menú con platillos bien servidos y elaborados con ingredientes 100% orgánicos a precios de no-orgánicos. Hay que llegar antes de las 11am si no quieres esperar media hora para poder entrarle a los hot-cakes de amaranto con miel de maguey. Otra recomendación es pedir los paquetes. Por menos de 100 pesos te ofrecen desayunos completos, con jugo y café.

Hare Krishna
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Fonda
  • San Miguel Chapultepec
  • precio 1 de 4

Dato cultural: hare krishna es un mantra fonéticamente pequeño, pero con una traducción larga y muy profunda que quiere decir: “Oh, mi Señor supremamente atractivo, fuente de todo placer, ¡oh! Energía espiritual del Señor, por favor ocúpame en tu servicio con devoción”. Vale la pena saberlo de antemano aunque esa es una de las primeras cosas que se aprenden en el templo de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON México) que lleva ya unos años establecido en la San Miguel Chapultepec y para el cual todo mundo tiene acceso. No necesitas pertenecer a su sociedad religiosa para darle uso a sus instalaciones y servicios como las clases de yoga y meditación y, por supuesto, a su curiosísimo comedor. Éste abre todos los días y tiene una clientela variopinta: vecinos del barrio, hipstercillos perdidos, devotos ataviados con túnicas coloridas… en fin, una cosa rari-global bien bonita. A primera vista se espera cierta solemnidad, pero resulta que el ambiente es más bien relajado, como el que se vive en cualquier fondita. El menú cambia diario según la disponibilidad de ingredientes, pero es siempre saludable y vegetariano. Por sólo 65 pesos puedes disfrutar de sabores de la India ya mezclados un poquito con lo mexicano. Si tienes suerte, te tocará la sopa de frijol miso, las papas con salsa de tomate, pimiento y aceitunas con plátanos machos capeados con harina de garbanzo, y peritas en dulce para terminar. Debes recordar que, para disfrutar, hay que ser en

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Centro Macrobiótico Tao
  • 3 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Roma
  • precio 1 de 4

Si inventamos rápidamente un veganómetro quizás el Tao se encontraría en uno de los niveles más altos. Sus platillos alejados de la cocina económica podrían explicar por qué el lugar está abarrotado de hipsters para los que el gluten ya es muy mainstream. Algo que lo hace diferente es su ambiente, que recrea la sensación de estar en un templo. Esto se percibe en la falta de ambientación musical y en un pequeño altar budista. Para iniciar el rito es preciso elegir entre las mesas altas o la zona alfombrada con mesas al nivel del piso y cojines para sentarse. Es necesario quitarse los zapatos, por lo que antes hay que hacer una rápida evaluación mental del estado del calcetín. La siguiente decisión que hay que tomar es si utilizar los palillos o el tenedor. El Tao ofrece un menú diario que inicia con una sopa. Le sigue un plato de guisados en pequeñas porciones, cada uno dispuesto con vegetales cocidos, crudos o encurtidos sobre una base que frecuentemente es arroz integral. En el plato fuerte no faltan los sabores e ingredientes asiáticos: jengibre, ají, perejil chino, nuez de la india. Esta idea oriental también se traduce en un recipiente de salsa de soya en lugar de sal. Su sabor es fuerte y concentrado, por lo que mi consejo es no abusar. Además, preparan platillos adicionales para quienes argumentan no recibir la porción de proteínas necesarias en una comida vegetariana. El menú es acompañado de una tisana para promover la digestión. No sólo crea una sensación agrad

Los Vegetarianos Centro
  • Restaurantes
  • Fonda
  • Cuauhtémoc
  • precio 1 de 4

Como buena fondita, plantea un menú del día: ensalada frutal o veggie; sopa fría de fruta o caliente de verduras, guisado y postre. Los guisos cambian diario y listan en su haber la sopa de manzana, croquetas de ejotes o elote, verdolagas en entomatado y milanesa vegetariana. La sazón es casera, aunque en ocasiones se saltan el trabajo de preparar todo en casa, como con sus aderezos. Las porciones son abundantes, ya sea para una power veggie meal individual o para compartir. De la carta opté por la sopa de cebolla gratinada, con el caldillo algo aguado y poca cebolla fileteada flotando triste en el tazón. Austera y nada memorable. Las ensaladas tienen combinaciones infalibles, por no decir que no ofrecen algo nuevo. Hay de espinaca con tocino de soya y aderezo de ajonjolí; de frutas de temporada; la energética de jitomate, pepino, aceitunas, betabel, lechuga y espinaca, o bien, verduras cocidas como calabaza, zanahoria, chayote, papa y betabel. Pregunté al mesero por sus especialidades y llegaron a mi mesa los tacos compuestos y las croquetas de manzana. Los tacos están dorados y rellenos de requesón y zanahoria rallada y coronados por queso, jitomate picado y perejil. La unión de los elementos es rica gracias al ligero dulzor de la zanahoria, que le va muy bien a los taquitos. Por otro lado, para obtener las croquetas rebozan trozos de manzana y los someten a fritura profunda, que luego presentan con una guarnición de jícama y zanahoria rallada. La idea de ambos platos e

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Recaudería Orgánica
  • Restaurantes
  • Tienda de sandwiches
  • Mixcoac
  • precio 1 de 4

La San Juan tiene un silencio enigmático. Parece que los vecinos nunca abandonan sus casas, o quizás todos están en otra área, esperando a que pongan nuevos lugares en la colonia. Si Rulfo estuviera escribiendo esto, seguramente los pobladores del barrio ni siquiera existirían. A unos pasos del Instituto Mora, encuentro un discreto lugar, con dos mesas y una banca al exterior. El local, decorado con frutas exhibidas en cajas de madera, podría parecer el hermano menor de Ojo de Agua. Si eres entusiasta de lo orgánico, asegúrate de preguntar cuáles son los productos que tienen en existencia, ya que no todos lo son. También venden sándwiches en pequeñas porciones, que son una bendición para las personas que buscan cuidar su figura. Si tienes un hambre brutal, no te preocupes: los precios son tan accesibles, que bien podrías ordenar un par de jugos y otro de sándwiches. Lo más pedido por sus habituales clientes (alumnos de la Universidad Panamericana) es la chapata recaudería, con ocho ingredientes, incluyendo el betabel, con un aderezo de yogur que lo hace interesante. El pan de las hamburguesas tiene una ligera capa dulce que me sorprendió (y no para bien). Las papas que las acompañan son hechas al momento en una sartén y espolvoreadas con un poco de orégano. Tienen una buena presentación, pero su sabor y la cátsup que las acompañan me recuerdan a las papas fritas que venden en el mercado. Lo más rico son los jugos y los licuados. Recomiendo pedir el kiwi-menta: naranja, kiw

Café Ruta de la Seda
  • 4 de 5 estrellas
  • Restaurantes
  • Salas de té
  • precio 1 de 4

Sobre el agua muy caliente flota una extraña flor: pareciera una alcachofa. Es un capullo artificial. El conglomerado de té de jazmín, al estar en agua caliente, abre poco a poco sus hojas y libera sus aceites esenciales, aroma y sabor. Es el arte del llamado blooming tea –o té floreciente– heredero de la tradición oriental. Como si se derramaran gotas de tinta en el recipiente, se colorea el líquido de la jarra con verde claro. A diferencia de otros tés, en este caso no necesitas retirar el capullo después de un tiempo. De hecho lo mejor es que esperes unos seis minutos a que se desprendan todos sus perfumes. El sabor es suave; el aroma es penetrante… y ese perfume sutil por momentos lo percibes desde afuera en el discreto Barrio de la Conchita, en Coyoacán. La Ruta de la Seda es como esa novela de Alessandro Baricco (Seda), un viaje erótico, hecho de sugerencias y fascinación de los sentidos. Enfriemos la temperatura: exploremos sus limonadas y el hielo que cruje al interior del vaso. Las bebidas refrescantes se hacen con jengibre o con agua de rosas y de fresas: es el mismo efecto seductor y femenino. La misma tenue transgresión de los aromas. Ahora entran en acción los dientes, la lengua. Cierra los ojos. Introduce en tu boca ese pastel ligero de té verde llamado kyoto, o el gâteau á la lavande, hecho con flores de espliego. Muerde. Deja que sus sabores se disuelvan. Espera: la sensación llega por oleadas. Podríamos hablar de su obsesión por los productos orgánicos, o

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