Sadomasoquismo
Son las prácticas sexuales de quien obtiene placer causando o recibiendo humillación y dolor.
Ya lo decía el gran Gustavo Cerati: “Nada más dulce que el deseo en cadenas, cuando el cuerpo no espera lo que llaman amor”. Si somos honestos, la verdad es que son pocos los homosexuales a los que nos excita el cuero, las cadenas y no usar desodorante, lo que se torna en una explosión de sabor de testosterona. Aunque se puso de moda avergonzarse de ello con la invasión del pensamiento queer, que por momentos parece menospreciar los fetiches hipermasculinos.
Pero la cultura leather, como se conoce en el ambiente homosexual, es simplemente irresistible, aunque no todos le entran, intimidados por lo rojo que se ponen las nalgas de tanto spanking (nalgadas). Eso sí, no es lo mismo sólo ver que participar.
Para los que quieran ser parte de este mundo, pero no tienen idea ni de cómo se ajusta un arnés, ni cómo soltar golpecitos sin madrear, existe El círculo del látigo negro, una Asociación Civil No Lucrativa cuyo objetivo ha sido, desde hace siete años, difundir la cultura leather a todo aquel interesado.
Sesionan un sábado de cada dos meses en la suerte de mezzanine, que se ubica en la parte superior del Tom’s Leather Bar. En cada sesión reúnen entre 50 y 100 interesados en las cuales explican las prácticas leather, inmovilidad, bondage, sadomasoquismo, juegos de impacto (como controlar los golpes eróticos sin lastimar), instrucciones de roles de autoridad (sumisión o amo y esclavo), juego de mascota (como tratar al sometido como una mascota) y fisting, todo esto con demostraciones en vivo. Las sesiones son coordinadas por Israel Rocha, uno de los fundadores del círculo.
Para entrar a las reuniones sólo debes pagar el cover del Tom’s, aunque si vas en código leather (cuero, arneses y gorro de policía) el cover es gratis y te obsequian un par de cervezas. Si no tienes atuendo de cuero puedes unirte a las sesiones en jeans de mezclilla y torso descubierto, pero nada de camisetas en colores pasteles y camisas con florecitas. No, no es discriminación, simplemente no forma parte del universo leather que tiene sus reglas claras.
