Foto: Alejandra Carbajal

Billares en la Ciudad de México

Hay bares en la CDMX que llevan el billar a un nivel profesional. Aprovecha y diviértete mientras compites con tus amigos

Escrito por
Time Out México editores
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Los bares deportivos son una manera distinta de aprovechar las noches. Compite, juega y disfruta de las propuestas de bebidas de estos billares en la CDMX. Conoce también los antros para ligar y los bares de vino.

Billares en la CDMX

  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Billares
  • Condesa
  • precio 2 de 4

Uno de los bares-billares clásicos de la zona. Su multidisciplinaria propuesta incluye una minigalería de arte. Su carta es el cumplidor catálogo de cualquier bar: chelas, cocteles con tequila y mezcal y mojitos por sólo 60 pesos.  A diferencia del bar de snacks, aquí puedes pedirte una lasaña a la boloñesa o bien, para tener al lado de la mesa de billar, unas papas a la francesa. Su crujiente consistencia hace salivar a muchos. La música está a cargo de las bandas de rock que se presentan en este bodegón, arreglado para que las mesas de billar tengan cierta estética que te hace sentir como todo un profesional en una sala de juegos. La hora de billar está en 100 pesos y si la cuenta se te pasa, cuentan con un cajero automático adentro. Sólo aceptan efectivo.

  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Billares
  • Roma
  • precio 1 de 4

Transgresor, cálido y desfachatado. Lucille es un buen billar con el plus del juego si te aburres de sólo platicar. Los muebles están fuera de temporada y los pisos desgastados le dan un aire retro colonial que se mezcla con referencias al rock clásico en sus paredes. Una amable combinación de estilos, sin formalidades.  Aquí no hay platillos elaborados, más bien hamburguesas, hot dogs y baguettes, pero la reina del lugar es la pizza. Con 250 pesos te alcanza para una (recomendamos la de queso de cabra), tomar unas cuatro cervezas y hacer reta en la mesa de pool (la hora está en 60 pesos). Aunque sea un billar, las mesas no son el fuerte del Lucille, sino su ambientación. Su poca luz y tonos rojos y negros combinados con mucha madera lo hacen un lugar íntimo. En la música, se inclinan por algunos nuevos clásicos: BB King (el nombre del lugar tiene una deuda con este guitarrista de blues), Muddy Waters, The Yardbirds y Pink Floyd suenan como fondo a pláticas en voz alta. Lucille y su ambiente cálido ofrecen una experiencia más interesante y no tan clásica como el Salón Malafama, buena para relajarse con los amigos o tener una cita alternativa.

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  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Billares
  • Anzúres
  • precio 2 de 4

Un parque, un estacionamiento, una gasolinera y hasta un sitio de taxis son parte de las escenografías de este billar. Adentro de una plaza comercial, el espacio está acondicionado con árboles artificiales y sombrillas gigantes que te hacen sentir como en la comodidad de un jardín. Instagrameros, este es su lugar. Para comenzar pide 10 cervezas por sólo 250 pesos. Si son muchas ni te preocupes, te dan un cupón que nunca caduca para que vuelvas el día que quieras por las que te faltó consumir. La botana consta de nachos o palomitas, aunque te sugiero pedir taquitos urbanos: 20 minitortillas rellenas de carne y pollo, acompañadas con una deliciosa salsa mexicana. Los fines llega temprano (8pm) para que elijas el mejor espacio, porque hay una zona de bancos que te dejarán la espalda tan adolorida como para no levantarte en dos días. También hay un espacio de sillas en forma de mano, a la Friedeberg. Mejor no te quedes sentado y renta una de las tres mesas de billar (la hora cuesta 60 pesos). En caso de que no te guste, pide al mesero que te lleve juegos de mesa o arma tu reta para el futbolito. Para beber, pide la chela ojo rojo, preparada con salsa inglesa, sazonador, tabasco, clamato, sal y limón.

Billar Inn
  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Billares
  • San Ángel
  • precio 2 de 4

Cuando un profesional juega billar y uno lo observa se nota la estrategia, la paciencia, la técnica y la decisión. Es un pasatiempo que muchos toman muy en serio: “no es atinarle a un punto en especial de la bola blanca, como muchos piensan, hay muchísimas cosas que están pasando en la mesa y cualquier descuido te puede costar el juego”, me dijo Alberto Fragoso de 22 años, con una expresión grave y después de platicarme que en sus vacaciones puede pasar hasta 80 horas a la semana jugando al billar. Como él, llegan a Billar Inn muchos deportistas con el espíritu hambriento, sediento y competitivo. Conocí a Alberto en este billar de San Ángel, uno de los más clásicos y en donde acuden desde los más “pros”, de varias generaciones, hasta simples mortales. A fin de cuentas es un deporte divertido y que parece fomentar la integración de los grupos y el trabajo en equipo. Billar Inn es un espacio grande, parecido a una bodega con el techo laminado y elevado. Tiene 12 mesas para jugar billar (pool y carambola) y otras en donde puedes sentarte a comer, beber o echar una partida de ajedrez. La iluminación es tenue, pero lo suficientemente gentil con el ojo del billarista. Si vas un viernes, cuando organizan sus noches de pool y carambola, el ambiente se siente muy profesional, pero también estamos los que sólo queremos una cerveza con clamato y una hamburguesa con papas. Después terminarás tomando algunas lecciones de billar en el área de mesas. Haz equipo con tus amigos y ven un sábad

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  • 3 de 5 estrellas
  • Bares y cantinas
  • Billares
  • Florida
  • precio 2 de 4

Que comparta nombre con un programa deportivo de televisión puede confundir al cliente, pero no, no es un sports bar. Justo al lado de la inconfundible fachada del Bar Bar (mítico por los balazos que le propinaron a Salvador Cabañas) está este recinto, cuyo repertorio de entretenimiento ofrece más de una veintena de juegos de mesa. Hay desde Jenga, dominó y maratón hasta Agarrón de parejas, aquel ridículo juego que alguna vez Adal Ramones promovió. Todos están disponibles en las mesas del bar o en la carta. Con 20 años de historia intermitente, La Jugada conserva su atmósfera noventera, noventerísima, de hecho. Este billar funciona para la nueva generación de adultos contemporáneos que quieren revivir sus épocas adolescentes gracias a los vitrales de colores que recuerdan el new age, las luces neón y música pop de esa época. La carta está llena de entradas para botanear, como choripanes, dedos de queso, chili nachos, y su especialidad, papas la jugada, a la francesa, con queso gouda y orégano. También hay platos fuertes tradicionales, como carne a la tampiqueña, y una carta de coctelería modesta pero cumplidora de la que destacan los martinis, las margaritas y los daiquiris. Todos sirven para las apuestas.

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