Este museo recopila objetos insólitos y personajes extraordinarios de todo el mundo: desde una réplica del hombre más alto y un vestido hecho con cabello humano, hasta una Mona Lisa hecha de pan tostado. Su atracción más impactante es un túnel giratorio que provoca mareo y risa. Aunque resulta divertido, el recorrido es corto y muchas piezas son más asquerosas que sorprendentes, por lo que el costo no siempre vale la pena.
¿Por qué sería un museo raro?
Porque su colección se basa en lo bizarro y lo grotesco: cuerpos extremos, artefactos absurdos y efectos ópticos que rozan lo kitsch. Todo en él está pensado para alimentar el morbo más que el conocimiento.