1. Motín Juárez
La nueva sede de este all day breakfast en la Juárez es más cómoda para que nada se interponga entre el chisme y tu pan francés con frutos rojos, ya sea que se sienten en la terraza o al interior.
Si ya te echaste los 20 lugares en la CDMX para ir con tu pareja, es hora de ponerse al tanto con lo que realmente importa: el chismecito entre amigas. Dónde vas a enterarte de la última primera cita de tu amiga, aquí encontramos 10 lugares cómodos e ideales para que tu grupito extienda su estadía durante horas.
Si eres team matcha, date una vuelta por estas bebidas de verano, y si quieren desayunar los mejores brunches de la CDMX, elige el espacio que mejor se acomode a la charla del día. Aprovechen que las penas con pan son menos y de paso visiten las mejores panaderías de la Ciudad de México.
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La nueva sede de este all day breakfast en la Juárez es más cómoda para que nada se interponga entre el chisme y tu pan francés con frutos rojos, ya sea que se sienten en la terraza o al interior.
Una cafetería en medio de Chapultepec siempre tendrá un gran atractivo por la simple vista al pulmón de la ciudad, pero además del paisaje, aquí puedes reunirte con tus amigas por un desayuno completo a $125 pesitos o aprovechar alguna de sus promos de la semana.
Kiosko 6, Bosque de Chapultepec. Mar-sáb 9:30am-7pm, dom 9:30am-6:30pm.
Si lo que te importa es tener una gran variedad de bebidas frías y calientes, esta nueva cafetería no te defraudará, incluso te pueden servir tu macchiato o matcha en un vasito muy coqueto hecho de galleta, es decir el cookie-ato.
Colonia del Valle 233, del Valle.
Aunque Polanco puede ser un lugar complicado, ahora existe un lugar para hacer una pausa. Latte Latte es una cafetería con una estética increíble, armoniosa y llena de luz, donde cada espacio del lugar es aprovechado, así que seguro encuentras sitio entre la barra, sillones o lod asientos más privados, lo que hace cada visita diferente.
Como opción refrescante y sin café, prueba el pink latte frío. Si vas de camino o saliendo del gym, tienen batido de proteína ($120) al que puedes agregarle creatina y un shot de café con costo extra. Para brunchear hay chilaquiles, avena, toast de aguacate o de humus y varios sándwiches. El servicio fue encantador, siempre amable y accesible a contestar preguntas.
Cafeterías hay muchas, pero pocas ofrecen un lugar cálido para pasar el rato, con buenas opciones de comida y gran café, además de tiendita de objetos de ilustradores independientes, chela artesanal y café en grano. Molona Café en la Doctores poco a poco ha ido ganando fama entre los amantes de esta bebida.
Pedí un flat white y me encontré con una taza intensa, que logró un equilibrio con la leche cremada. Si hablamos de café, tienen métodos de extracción y un menú de bebidas bien cuidado.
Para comer pedí el croque Molona, que es pan brioche con jamón, crema y una capa de queso, le agregan pesto para darle un giro inesperado y se acompaña con papas a la francesa. Es un sándwich grande y puede faltarle un poco de humedad, pero debo reconocer que la frescura que ofrece el pesto sorprende. La carta no es extensa, pero al final no importa porque siempre encuentras un plato que disfrutar.
Sede Café tiene ya varias sucursales en la ciudad, aunque esta es probablemente la más bonita y grande hasta ahora. Aquí siempre hay bebidas del mes muy creativas como el Lassi Matcha o su Pistachio Latte, a precios muy accesibles.
Nápoles, Juárez. Lun-vie 7am-9pm, sáb 7:30am-9pm, dom 8am-9pm.
Buna siempre es garantía de un trato especializado a los granos de café. Ahora, además de su llindo espacio al interior de Laguna, en la Doctores, cuentan con una cafetería en una esquina a unos pasos del Parque México que es un gran lugar para verte por horas con tus amigas más cafelovers.
Amsterdam 285, Condesa. Lun-sáb 8am-7pm.
Tonalá 147, Roma.
Pocas veces ocurre que en una apertura de la Roma se conjunten las tres secciones que edito en Time Out México: restaurantes, cafés y vida nocturna. Con Madre Café sucedió, pero la magia del menú la hizo merecedora de una principal para Comer. Acá la clave: el chef Víctor Zárate (Blanco Colima) retoma este proyecto de cocina alivianada pero lo suficientemente sofisticada y totalmente apapachadora.
El recinto como punto clave: la casa porfiriana que albergaba a Casa Quimera sobre Orizaba. El despacho de arquitectos Taller 905 intervino Madre Café, envolviéndolo en blancos, cobres, maderas y mármol, con la iluminada terraza cercada por plantas.
La parte de cafés refiere a una bien trabajada barra con granos de la Finca San Martín Cohuapan, Puebla: aterciopelan los lattes y dan espesor a los espressos. De vida nocturna, genialidades de Braulio Hernández (Yellow Bird Bar) dentro de un elegante y pequeño espacio con barra para sentarse y ordenar; mención honorífica a la variedad de carajillos, los hay de mazapán, Nutella y matcha, y la estrella es el bombón: consistencia ligeramente densa y mucha personalidad con whisky honey + brocheta de bombón de topping.
En mi caso tocó visitarlos a la hora de la comida, y como todo se antoja del extenso y muy variado menú, aconsejo compartir: las chips de berenjena te atrapan con su crocantez sumado a la parte dulce de la miel de agave con un toque de chile piquín; en la crema de lenteja sobresalen distinguidos trocitos de plátano macho, jugada interesante y mezcla fenomenal.
Para hablar de lo que no tiene madre (ríase aquí de un mal chiste con juego de palabras), están los ravioles de ricotta, mantequilla de limón y salvia: una victoria ácida y cremosa, aromática en todos sus sentidos y para limpiarla usando cuchara. Otro que se une a este listado es la pizza de stracciatella de burrata —es el "relleno" de la burrata, al servirse es fácilmente untable y se prepara bajo un procedimiento tradicional— con un toque sobresaliente de aceite de trufa.
El tino campestre y 100% goloso aterriza con el sándwich de tocino con mac & cheese, de tonos ahumados en su punto, mucha cremosidad por parte de la pasta y pan blanco ligeramente tostadito.
De postre cerramos con un tiramisú por recomendación, aunque todos se leen apetitosos; el bizcocho se derrite en boca junto con el freso mascarpone, ingredientes que se funden ante el licor de café para dar el remate final.
Toco mi panza crecida y no, no soy madre, pero de Madre Café me llevo ese cariño hacia la buena cocina.
El amor por la repostería en Tres Abejas es el distintivo, pero también hay opciones saladas, como el croque monsieur preparado con dos esponjosos waffles, combinación ganadora con el queso gratinado. La vibra tan elegante y afrancesada te incita a pedir macarrones o un pastel de almendra sin harina.
Es la primera casa cafetera orgánica en México y guarda pequeños tesoros de té que calientan alma y paladar. Desde pasteles que parecen artesanía, hasta bocadillos para dobletear, este spot es tan tierno y versátil como quiere.
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