A 10 años de su muerte y después de cuatro décadas de haber expuesto por primera vez en el Museo de Arte Moderno, la obra del fotógrafo Enrique Bostelmann regresa a este espacio con una retrospectiva.
La curaduría, que corre a cargo de Eugenia Macías y Elva Peniche, comprende una revisión de un archivo constituido por más de 200 mil negativos y 5 mil impresos de los que se seleccionaron 80 imágenes para esta exposición.
Viajero inagotable, melómano y aficionado a la lectura como lo recuerdan sus familiares y amigos, Bostelmann nació en Guadalajara en 1939, estudió fotografía en Alemania y trabajó en publicidad y en fotografía industrial, lo que le permitió sustentar su obra personal.
En su abundante producción fotográfica se encuentran imágenes documentales con una estética propia, colaboraciones interdisciplinarias con artistas (como la que en su momento realizó con el escultor Sebastián).
“El absoluto dominio que Bostelmann tenía de la técnica permitió que en su obra, la fotografía fuera siempre un lugar para la experimentación, la reflexión, la generación de ideas y formas, un sitio de replanteamiento y transformación constante, un espacio inagotable", comenta Macías.
Esta selección, integrada por ejes temáticos que abordan la obra del fotógrafo producida entre 1950 y 2003, refleja un amplio proceso de investigación y compromiso con el archivo que ahora es resguardado por Yeyette Bostelmann, viuda del autor.
Logra compilar la versátil producción que el fotógrafo creó a partir de sus indagaciones sobre la imagen. Cabe resaltar que uno de los aciertos del montaje fue crear un pequeño espacio lúdico donde el visitante podrá jugar con distintas imágenes armando un rompecabezas, que le permite no ser sólo espectador sino artífice de sus propios juegos visuales a manera del fotógrafo.