Esta exposición de fotografía y video reúne el trabajo de artistas como Pedro Meyer, Pedro Mera, Yolanda Andrade, Ernesto Ramírez, Francisco Mata Rosas, Marco Antonio Cruz, Fernando Brito y Jorge Izquierdo. La peculiaridad de las piezas exhibidas es que todas crean un discurso conmovedor de resistencia a partir de mostrar al cuerpo como ente político.
A raíz de la posguerra y los diferentes cambios sociales durante la década de los sesenta, el arte dio un giro a una corriente un tanto experimental que proponía formas diferentes de utilizar los soportes. En este sentido, se comenzó a tomar el cuerpo como un ente sensible y violentado y esto dio como resultado el uso del cuerpo como un acto performático que muestra una reflexión sobre la muerte, el dolor y los traumas humanos.
La sublevación del cuerpo se da ante la posibilidad de ser anulado, eliminado, desaparecido o violentado. Entonces, los cuerpos se juntan en plazas públicas para dar solución a los problemas sociales, y se da paso a ejercer la política del cuerpo. Teniendo como eje central estas ideas, el Centro Cultural Universitario Tlatelolco da lugar a la exposición Cuerpos en resistencia, Anulaciones/ Sublevaciones, una muestra con registros fotográficos y videográficos que aluden a movimientos sociales que tuvieron lugar en México de 1968 a la fecha: el movimiento estudiantil del 68, marchas por la diversidad sexual, el Movimiento 132, la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y los movimientos vecinales surgidos tras el terremoto de 1985.
La danza toma un papel protagónico en la exposición, por medio de las coreografías involuntarias de las protestas y otras expresiones colectivas. Protagonismo que se ve reflejado en nueve videos de danza o películas de autores que son partes de la exposición, de autores como Yuki Pastrana, que ha tomado como eje de estudio y acción al cuerpo en distintos formatos como la fotografía, el video, el diseño y el performance; Maricarmen de Lara, que durante 30 años ha producido una vasta obra de cine documental y de ficción, buena parte de esta, a través de su compañía Calacas y Palomas; y Rubén Gámez, uno de los cineastas experimentales que se dedicó a la búsqueda de crear una cinematografía verdaderamente mexicana.