Minotauro nos lleva por el recorrido interior y exterior de una reclusa. Tras realizar un estudio por varias penitenciarias del país, Patricia Yáñez, dramaturga y única actriz de la obra, nos adentra a la voz desconcertante de Tori, quien se encuentra en condiciones de encierro.
A través de danza, performance y un juego musical, Yáñez atrapa al espectador en la dualidad interna que vive el personaje. Luchando con su mitad toro, Tori reflexiona en su laberinto interior sobre los recuerdos que la llevaron a estar ahí, evoca a los familiares que de vez en cuando la visitan, e incluso mantiene diálogos imaginarios con ella misma para hacer que el tiempo entre esas cuatro paredes resulte más ligero.
Patricia Yáñez impartió talleres de literatura y dramaturgia en centros penitenciarios alrededor de Tijuana, Baja California y Santa Marta en donde los presos escribían cartas, mismas que sirvieron como material sensible para elaborar este monólogo minucioso que explora los recuerdos y cuestionamientos sobre el olvido y la soledad.