Si el cielo fuera un lugar tranquilo y con buganvilias se parecería mucho a este sitio, que de hecho ya tiene a los ángeles (tallados en piedra). La pequeña plazoleta se encuentra en el centro de un caprichoso manojo de calles de San Ángel, por lo que está aislada y sin más contacto humano que el de algún vecino ocasional. Un termo con café, un libro o un interlocutor agradable pueden ser el complemento perfecto.
Tres bancas de cantera alrededor de una fuente, eucaliptos y faroles conforman la placita más romántica de la Ciudad de México, con sólo 30 metros cuadrados.
Con información de Jorge Pedro Uribe.