Charles Bukowski fue un prolífico escritor y poeta del sigo XX nacido en Alemania. Su prosa “sucia”, relatos indecentes y consumo de alcohol lo inmortalizaron, al grado de tener hasta su propio bar aún después de su muerte (aunque sólo de nombre, pues pertenece a la cadena de librerías El Péndulo).
Este bar es un pequeño refugio al ajetreo típico de la Zona Rosa, rodeado de libros, con cómodos asientos, pisos de madera y un piano. Destaca su terraza, donde los fumadores disfrutan de uno de los pocos espacios pensados para ellos. Gracias a lo variopinto de su carta, puedes pedir algo para botanear, como unos nachos, o platillos más en forma, como un sellado de salmón. Todos con nombres de escritores, si no famosos, al menos sí muy conocidos. Yo opté por las minihamburguesas Marx (me interesaba conocer el sabor del típico platillo gringo desde la visión del padre del socialismo científico, el comunismo moderno y el marxismo). El resultado es bueno, aunque no esperes entender nada sobre la sociedad.
Para beber hay desde las siempre cumplidoras cervezas nacionales hasta especialidades como el cosmopólitan. De miércoles a sábado hay música en vivo, como jazz.