Nueva York en plena Roma (en ese antro que está junto al Faraón)
Comparada con la estadounidense, la escena nocturna de la Ciudad de México fue por mucho tiempo, y lo es de alguna forma todavía, parecida a la de ciudades como Los Ángeles o Las Vegas. Clubes grandes, decoración fastuosa, música pop estridente, servicios con botellas al por mayor y una concurrencia por demás glamourosa. En cambio, la vida nocturna de ciudades como Nueva York o Chicago, con clubes pequeños, sobrios y musicalmente innovadores, fue ignorada como modelo en nuestra capital. Hoy en día el panorama es diferente. Desde hace algunos años los antros de este tipo han adquirido cierta relevancia y la moda nos lleva en otra dirección.
Es aquí donde aparece el Walther, un lugar que, en palabras de su propio staff, busca emular la escena neoyorquina; propósito que cumple de manera más que acertada sin dejar de ser chic. En tan sólo un mes se ha hecho de buena fama, lo que hace que la entrada al lugar sea realmente un suplicio y que en cierto punto adentro no se pueda caminar. Pero dejando estos aspectos de lado, Walther traslada a sus clientes a un club fuera de este país. La antigua casona de la colonia Roma, con sus diferentes niveles y su patio abierto, recuerda a los pequeños clubes de viejos ladrillos en la costa Este norteamericana.
El electro que aquí suena es una grata alternativa a lo que generalmente se escucha en el DF y sus bartenders se preocupan por ofrecer algo más que una simple cuba, como el acidito shot Walther, obligado para empezar la noche. Si bien la concurrencia es bastante fresa, el ambiente es más bien fresco, no hay poses ni presunciones exageradas.
Un problema con el que se tiene que lidiar en casi todos lados en México y del cual Walther no está exento, son los males necesarios llamados cadeneros. Esto obliga a llegar temprano, tener paciencia y aguantar gritos, empujones y hasta posibles pickpockets, pero ya adentro el ambiente y la música ayudan a olvidar a los dioses de la cadena.
Walther pinta para posicionarse como favorito por un buen rato y esperemos que no sólo emule a sus contrapartes americanos, sino que tome la batuta y lidere la escena en la capital, proponiendo cosas diferentes sin perder el estilo.