Bocas chuecas y un rotundo 'no' al estilo Darth Vader son las reacciones más comunes de los pequeños cuando les dicen que visitarán un museo. Depende de ti cambiarles la idea que estos recintos son sólo para los papás, abuelos y maestros.
Un principio básico es que la cultura y el arte no son aburridas... ni muerden. Tu trabajo empezará con estimular su curiosidad desde que le planteas la visita hasta que termina el recorrido. Notarás que, al final, ellos solos se sentirán emocionados por regresar o conocer más de estos lugares. Mientras, te dejamos unos tips para que no se te escapen los detalles.

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