Uno de los grandes directores de teatro mexicano, Julio Castillo, acostumbraba montar obras en la sala de su casa. Su hijo, Juan Cristóbal Castillo Peña, retomó esta idea y decidió inaugurar en esta sala un teatro independiente.
Si bien esta habitación –donde caben de 25 a 30 personas– se suma a la oleada de montajes en edificios o departamentos, marca la diferencia por ser un foro completamente gratuito.
“Una de nuestras principales condiciones es que no cobramos. No queremos aceptar grupos que quieran taquilla o que busquen hacer teatro comercial”, nos platica Juan Cristóbal.
Él y su esposa Heleanne Beltrán, también dramaturga, buscan regresar a los orígenes del teatro. “Estamos en contra de la tendencia de hacer del teatro un producto para vender, pues creo que esa no es la finalidad del arte. Luis de Tavira dijo: ‘el teatro no es una mercancía’, es una expresión humana y el público tiene derecho a verlo”, comenta Castillo.
Juan Cristóbal lleva el teatro en la sangre, desde pequeño presenció los ensayos de su padre, entre los que destacan los de la adaptación de la obra Así que pasen cinco años, original de Federico García Lorca, estrenada en 1969 y que le da nombre a este pequeño foro.
“La ideología de las nuevas generaciones parece ser la de ‘no regales tu trabajo, tu trabajo vale’. Yo creo que hacer un teatro gratuito no es regalarlo, más bien se trata de una situación para cuestionar nuestra economía. Si uno dice que su teatro vale, entonces ¿vale igual que un refresco o unas papas? ”, expresa Castillo.
En el afán de retomar las raíces del teatro, esta sala de la Condesa cuenta con recursos técnicos mínimos, pues sus propietarios apuestan todo por el trabajo actoral: “El teatro es el actor. Actualmente, México tiene obras cargadas de luces, de música y de muchos elementos visuales con los que el actor también queda relegado. Hoy se montan obras muy buenas, pero no con actores, sino con 'estrellas'. La gente va porque quiere ver a esas 'estrellas' y no la obra en sí”.
“Este tipo de teatros son chiquitos y suele pasar que se los comen las grandes producciones, es por eso que buscamos el apoyo del público y de grupos que quieran trabajar desde otra perspectiva", asegura Heleanne.
Además de impulsar a los talentos jóvenes y de acercar a la gente con el teatro alternativo, Juan y Heleanne planean abrir talleres de actuación.