Ixchel Estrada  (Cortesía Ixchel Estrada )
Cortesía Ixchel Estrada

Entrevista con Ixchel Estrada

Esta ilustradora ha hecho del collage su estilo y su sello. Platicamos con la reina del cut/paste

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Es muy fácil identificar tu estilo collage. ¿Cómo lo logras?
Considero que el estilo es como tu apellido, es un asunto inherente a ti. En mi caso resultó porque desde siempre me ha costado mucho trabajo representar las cosas de manera real. Una cosa es lo que tengo en la cabeza y otra cosa es la realidad y cómo mis manos funcionan para crearla.

Imagino tu taller como una enorme mercería. ¿Cómo seleccionas las cosas que en un collage se volverán una textura o un color?

Todo parte de una colección. Hay cosas que me guiñan el ojo, por el color o la textura. Me hice una carrera de "acumuladora". Guardo todo en mi cabeza, como un disco duro. Así recuerdo qué tengo: latas, corchos, recortes. Todo parece basura, pero al final el material que guardo lo uso de acuerdo al tema. Así, de pronto, ya tengo un libro.

En tus ilustraciones se nota que eres detallista con los materiales que seleccionas. ¿Cuál ha sido el más inusual que has utilizado?

Tengo unas ilustraciones que hice pegando chicles. Comencé a coleccionar porque mi mamá también lo hacía. Ella creó una libreta roja en la que recortaba revistas, pegaba los recortes y luego me los enseñaba. Incluso, una vez mi mamá me quiso contar la historia de un alacrán y como no encontró estampita, pegó uno real con cinta.

También te dedicas al arte-terapia. ¿En qué consiste?

Sí, doy clases en la universidad La Salle, de Pachuca. Es un tipo de terapia que utiliza como método cualquier formato artístico, como la musicoterapia. La cuestión es que no te obliguen a estar en un diván. El arte tiene el maravilloso poder de darte terapia sin que te des cuenta. Por ejemplo, con los chicos de la universidad pensamos el tema de la furia. Les di pliegos de papel y carbones y les pedí representar la furia. Es una catarsis, como una terapia de choque.

Tus dibujos son como un juego de niños: una hojita es un personaje, un rayón es un monstruo.

Se trata de la representación. En la universidad les pido que hagan una figura humana y los chicos hacen su mejor aproximación, yo después hago un palito y una bolita. Eso es mi representación de humano y eso es comunicar. La dificultad que tengo para dibujar cosas reales no es una limitante.

Parece que juegas con lo surreal al momento de ilustrar. ¿Es tu intención?

Es la posibilidad que tengo para resolver algo que durante mucho tiempo me pesó, no poder representar cosas que yo quería porque mis manos no podían hacerlo. Lo padecí mucho en la escuela, cuatro años de dibujo de academia en los que mis figuras humanas eran atroces. Entonces, encontré que mi fuerte era recortar y pegar.

¿Qué tan bienvenido es el collage en el gremio de la ilustración?

Creo que no te buscan por la técnica, sino por cómo resuelves un mensaje que te piden comunicar. La técnica está en segundo plano, lo primordial es comunicar.

¿Cómo fue tu primer acercamiento con el collage?

En una entrega hice un trabajo con acrílico y quedó horrible, recorté un pedazo de la pieza, nadie se dio cuenta que tenía un error. Ahí me quité la idea de que no te puedes equivocar en una ilustración. Claro que puedes equivocarte, cambiar texturas y formas. Ahora cuando me piden acrílicos, digo que no.

¿Qué técnicas innovadoras le has incluido a tu collage?

Últimamente he añadido a mis piezas bordado a máquina y a mano. Es una técnica muy linda que aprendí con la maestra Jimena Romero. Algunos piensan que soy como Cositas I y Cositas II, pero no, hago trabajo de autor. Pronto le añadiré a mis ilustraciones el bordado ruso.

¿Cuál es tu mejor logro en la ilustración?

Mi mayor éxito es que no me arrepiento de elegir la ilustración, toda mi vida dije que iba a ser médico forense, pero escogí estudiar en Bellas Artes. Tenía que pasar.

Sus dibujos y garabatos los puedes ver aquí.

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