1. Ilustración: Cecilia Beaven
    Ilustración: Cecilia Beaven

    Cecilia hizo esta ilustración para Time Out México. ¡Le quedó padrísima!

  2. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  3. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  4. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal
  5. Foto: Alejandra Carbajal
    Foto: Alejandra Carbajal

Entrevista con la artista urbana Cecilia Beaven

Platicamos con una de las chicas más divertidas dentro del movimiento de arte urbano en México

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Se considera una niña de la tele. Saltó a la fama porque vivió en una casita detrás de un anuncio espectacular en Polanco, en la esquina de Masaryk y Dumas, desde donde diario recibía tuits en los que la gente le decía qué pintar. Ahora interviene restaurantes y puedes ver su trabajo en un mural del Museo del Juguete Antiguo México. Platicamos con la artista sobre sus principales influencias.

¿Qué referencias visuales te marcaron de niña?
 Lo que veía dentro de mi casa, como mis libros de cuentos, pero sobre todo la televisión, veía tele como maniaca.

¿Qué veías?
Todas las caricaturas del mundo. Las tortugas ninja me encantaban. Antes de entrar al kínder me la pasaba en la casa viendo tele y jugaba solita, inventaba mis propias aventuras y así empecé a dibujar.

¿Alguien de tu familia te motivó hacia el camino del arte?
Mi hermana mayor, tiene 14 años más que yo. Le gustaba mucho el arte, el diseño y la foto. Me alentaba mucho, me compraba materiales, libros y me llevaba a talleres y museos.

¿Estudiaste arte formalmente?
Sí, estudié artes plásticas en La Esmeralda.

¿Cómo te llegó la primera oportunidad de hacer arte en un espacio público?
Fue por causalidad. La primera vez que hice un mural fue porque el papá de un amigo trabajaba para la Universidad Benito Juárez en Oaxaca, que tiene un patio enorme, y él nos invitó a hacer algo ahí. Fue increíble.

Y así empezó todo...
Sí, no fue algo que estuviera buscando. Después tuve una pequeña exposición a la que fue un señor que tenía un estudio de yoga y me preguntó si lo quería pintar. Poco a poco salieron cosas. Mi hermana abrió un restaurante mexicano en Houston y me pidió pintar, hice tres murales y recibieron buena respuesta. Luego salió el proyecto con Scribe.

El proyecto de #ScribeBillboard te puso en el mapa.
Sí, fue un proyecto bonito y súper llamativo. Aunque muy demandante. Consistió en pintar durante 10 días las ideas que los demás me enviaban. Trabajaba más de 12 horas al día.

Fue un reto grande porque nunca había hecho algo así, una pieza con las ideas de tanta gente, pero me tomé la libertad de unificarlas. Así es mi proceso: trato de armar narrativas visuales aunque no sean lineales ni lógicas, pero siento que hay una especie de secuencia, como si armara un cuentito.

¿Qué temas te interesan ahora?
Me gustan las caricaturas y ese tipo de situaciones de absurdo. Visualmente me llama esa simpleza de trazos, también como de novela gráfica. Me interesa también la biología, todo el tiempo leo sobre animales. La fauna marina, en particular. Últimamente empecé a interesarme un montón por lo prehispánico.

¿Qué te gusta del hecho de que la gente vea tu trabajo en un espacio público?
Me gusta que es para todos. No cualquiera entra a una galería o a un museo aunque los invites; en cambio, en la calle todo mundo lo ve. Me encanta ir por la calle y de pronto ver un mural, se me hace una bonita sorpresa y me gusta ser parte de eso.

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