Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Entrevista con Roberto Martínez

Para muchos artistas la bicicleta ha sido objeto de inspiración. Tal es el caso de este ciclista, grabador y pintor

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Roberto Martínez es pintor y grabador. Desde pequeño ha vivido rodeado de bicicletas. Para el han tomado un significado especial en su vida. No es raro que gran parte de sus obras se centren en la bici.

"Es parte de mí, como para la mayoría lo es un brazo o una pierna. Alguna vez los médicos me dijeron que pasaría mi vida sobre una silla de ruedas. En parte tenían razón, sobre las ruedas de mi bici o de mi patín del diablo. Sobre ruedas recorro mi colonia y me desplazo sin ningún problema. Puedo bailar sobre los pedales en un carnaval, recorrer Teotihuacan y conocer gente increíble. La bicicleta también me ha permitido conocer mi país. He realizado viajes a Jalisco, Oaxaca, Michoacán y parte de la ruta chichimeca. La bicicleta es la conexión a la felicidad".

Su pasión viene de su padre. Miguel Martinez fue fundador de la peregrinación de Zapotitlán Tláhuac a San Juan de los Lagos, Jalisco. Además, en 1994, fundo el taller Bici Cóndor.

Roberto aprendió a andar en bici desde los 4 años. Pronto comenzó a competir en la liga infantil de ciclismo como integrante del equipo Pumitas. En 1995 representó a su equipo en el Nacional de Ciclismo Infantil en Aguascalientes. Ese mismo año sufrió un grave accidente mientras pedaleaba por su colonia.

"Estuve hospitalizado durante dos meses y medio. Pensé que no volvería a pedalear. Mi papá adaptó una bici con tres ruedas atrás. Con ella volví al ciclismo y a la vida. Aprendí que el que no se cae no es ciclista. Volví a recorrer mi colonia, a participar en peregrinaciones, recorriendo diferentes estados de mi  país año con año.

Su primer encuentro con las artes plásticas fue durante la secundaria. En un principio el quería ser químico, como sus tres hermanos. Sin embargo, debido a una cirugía tuvo que suspender sus estudios por un año. Fue entonces que volvió a pintar y decidió que el arte era su camino.

"La oveja negra de la familia, tres químicos y una artista. Estudié en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, ahora Facultad de Artes y Diseño. A pesar de que llegué ahí por la pintura, me especialicé en grabado en madera. He hecho gráfica desde 2007 y en 2011 fundé mi propio taller, Taller de Grafica Nahual, un espacio para multiplicar ideas", nos cuenta.

"El grabado es el resultado del encuentro físico con elementos naturales. Lo orgánico de la madera siempre enriquece la estampa, a pesar de un gran dominio de la técnica. El material siempre tiene algo que decir, respira y enriquece la obra. El papel amate, utilizado en mesoamérica en la época prehispánica como soporte de los códices, es retomado en mi obra para transmitir ideas. Madera, papel, prensa, tinta y cuchilla. Como decía Van Gogh, producen el milagro de la estampa. Parecido al grano de trigo que se vuelve espiga. Se siembra un solo dibujo y se cosechan muchísimos".

A Roberto le gusta pintar paisajes al óleo y grabar retratos y autorretratos. Gran parte de su obra también incluye calaveras y por supuesto muchas bicicletas.

"La bicicleta es sólo un pretexto de una exhortación más profunda, de un descubrir urbano distinto, de un encuentro peculiar con la ciudad y el camino. Al conducir este vehículo recuperamos las calles, nuestras colonias y ciudades. A través del grabado intento revelar los distintos rostros del ciclismo, de personajes cotidianos y extraordinarios. Personajes que ya sea en el ciclismo deportivo, urbano, el de los oficios o el recreativo, generan, consciente o inconscientemente, un mejor entorno", explica.

"Incidiendo la madera, imprimo y multiplico mi visión de increíbles oficios que se desempeñan sobre dos o tres ruedas, de las increíbles hazañas deportivas o de un peregrino al que su fe le da fuerza para hacer largos recorridos. Es la perspectiva de alguien que cree que dos ruedas pueden cambiar al mundo".

Su trabajo no tiene límites. Siempre está dispuesto a escuchar propuestas interesantes. Ha hecho grabados para reconocimientos, portadas de libros y muy recientemente para conmemorar el 30 aniversario de La Maldita Vecindad.

"Hace unas semanas recibí una llamada de Moyenei, esposa de Roco Pachucote. La propuesta fue hacer un grabado para celebrar los 30 años de La Maldita. Lo querían en madera por la textura del material y por la fuerza que proyecta un grabado en madera. Era lunes y lo querían para el jueves en la mañana. Siempre me preguntan cuanto tardo en hacer una grabado. Lo puedo hacer en semanas, días, horas o en un año. Lo tenía que terminar en dos días, por que el lunes ya se había ido. Esa misma tarde me llamó Roco para preguntar si era posible que quedara listo tan rápido. Le dije que no había ningún problema, ¿cómo decirle que no? El miércoles a media noche termine de tallar y lo imprimí. Fue un gran reto, pero quedo listo para el concierto de celebración en el Foro Sol.

Si estás interesado en conocer más acerca de sus obras puedes consultar su perfil en redes sociales. Algunas de sus obras están a la venta en La Cadencia.

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