¿Sabías que Annie Londonderry, la primera mujer en dar la vuelta al mundo en bici, fue también la pionera en cambiar las faldas por pantalones?, ¿o que la primera bicicleta se inventó en Alemania y no tenía pedales?
La vuelta a la bici nos muestra diferentes perspectivas de este gran invento: su valor como objeto de diseño, su evolución en el contexto mexicano y su relevancia como medio de transporte sustentable. También da un repaso histórico sobre la influencia que ha tenido en la sociedad.
La exposición integra un total de 52 modelos de diferentes épocas, destacan algunos clásicos como la bici de carreras Saeta (1960), una tradicional bicicleta de afilador (con todo y sus 80 kilos), y una extraña bicicleta china de trabajo marca Phoenix, considerada el mejor regalo de bodas en los años sesenta.
Al profundizar en un análisis histórico del ciclismo la muestra, organizada por el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), también incluye fotografías y videos. Llaman la atención piezas como Bicicletas en domingo de Manuel Álvarez Bravo, e imágenes inéditas que pertenecen a la colección de Pryer Dodge, uno de los coleccionistas más importantes del mundo.
Para Ana Álvarez, curadora de la exposición, no sólo era importante mostrar ejemplares extraños, sino también contar las historias o anécdotas de personajes relevantes en la historia del velocípedo. “Tenemos historias increíbles, como la de Gino Bartalli, un ciclista de carreras italiano que trabajó para la resistencia y escondía en el manubrio de la bici documentos para liberar judíos de los campos de concentración”.
Otro propósito de la exposición es dar contexto sobre lo que la bicicleta representa en la actualidad. A lo largo de las 12 secciones de la muestra se reflexiona sobre su importancia como medio de transporte sustentable y cómo su uso se vincula con el activismo. En el caso mexicano, el acervo hace un recuento de la época dorada de la producción. Podrás ver desde triciclos apache hasta algunos modelos Benotto. El repaso llega hasta nuestros días y la implementación del proyecto Ecobici en la Ciudad de México.
Entre los coleccionistas que aportaron material para la exposición se encuentra Rogelio García-Mora, director de la organización Bicicletas Antiguas México, la familia Ruiz de Puebla y los talleres de bicis artesanales Valerio.