A las personas por lo general no les gustan los libros grandes, pesados y sobretodo de muchas páginas. Este fenómeno es cada vez más frecuente y comomuestra de esto la literatura comienza a llenarse de fragmentos. Ya nadie quiere leer algo que implique mucho tiempo de dedicación pues como la vida exige mucha velocidad un gran libro implica, por obvias razones, una mayor dedicación y tiempo. Sí, no están equivocados.
Sin embargo, algunos seguimos disfrutando de una larga y pesada lectura, que a la vez implicará una mayor carga en nuestra espalda, hombro o mano. Si bien, el tamaño de un libro no es directamente proporcional a su calidad, sí es un indicador de otro tipo de lectura. Ante un ajetreado ir y venir cotidiano les sugiero a los lectores una pausa diaria de más de 100 páginas, tal vez no lo leerán todo en una noche pero sí volverán a aquella sensación de querer seguir leyendo para saber qué sigue.
Les recomiendo tres libros que requieren tiempo, dedicación, dolor de hombros pero una experiencia literaria que no será igual a ninguna otra.